Muchos de nosotros tenemos de estas esponjas en la ducha, ya que las consideramos aliadas en el proceso de limpiar y exfoliar nuestra piel, pero no todo es tan bello como parece.
Las esponjas conocidas en inglés como “scrunchie”, aunque cumplen el cometido de exfoliar la piel, tiene como particularidad que los residuos de piel muerte se quedan atrapados en ella.
Al terminar el baño y dejarlas en la ducha, las esponjas se vuelven un ambiente ideal para la proliferación de bacterias. Esto es debido a que los ambientes calientes y húmedos, como el baño, son propicios para el desarrollo de la vida bacteriana.
Por eso, el dermatólogo J. Matthew Knight, quien trabaja en el Instituto de Dermatología Knight, previene a la comunidad de sus pacientes respecto del uso de este instrumento de baño.
La malla de la que está hecha la esponja funciona como una especie de trampa que no permite su adecuada limpieza. Todo lo que aparentemente retiramos con ella, se queda atrapado allí.
Pero ¿podríamos decir lo mismo de cualquier esponja exfoliante? Es posible que sí. Por ello creemos que lo mejor que podemos hacer es limpiar adecuadamente las esponjas que utilizamos. El hecho de que las usemos para limpiar, evidentemente no significa que estén limpias, tal como ocurre con las toallas. ¿Cierto?
Aunque no nos olvidamos de lavar las toallas, muchas veces las esponjas pasan al olvido. Así que en este vídeo que compartimos con usted a continuación, aprenderá algunos consejos sobre cómo desinfectar sus esponjas de baño, y por qué no, todas sus esponjas, incluida la de lavar sus trastes.