La escena es típica: los niños quieren un perro. Primero ruegan, luego, insisten a tiempo y a destiempo, después hacen rabietas, y así. ¡Me los puedo imaginar jurando por Dios que ellos se encargan de alimentar y limpiar al amigo peludo!
En el caso de Nola y Richard Davis, los padres de Andrew y Clara, ganaron los niños. A regañadientes, esta pareja pensó que sería lo mejor para ellos, así que adoptaron a un perrito. Claro que, como suele ocurrir, no tomaron en cuenta cuánto podría crecer, y muy, pero muy pronto, Patch, ese era su nombre, sería demasiado grande y torpe.
Nola estaba desesperada por atender todos los desastres de Patch. Así que un día, habló con los niños y les dijo que el perro se iría al día siguiente. Ante la noticia, los niños quedaron inconsolables, así que Nola decidió darle un día más.
Al día siguiente, mientras ella se bañaba, Patch entró al baño torpemente, la asaltó en la bañera, tomó su muñeca con el hocico y salió. Enfurecida, Nola salió tras él, y al llegar al pasillo, vio que la casa entera estaba llena de humo.
Un incendio se había desatado sin que ella se diera cuenta. El perro la guió al exterior de la casa, donde estaban todos esperándola.
En un impulso nervioso, de esos inoportunos y muy peligrosos en estas situaciones, Nola quiso entrar a la casa para ir en busca de las llaves del carro, pero Patch se lo impidió bloqueando el paso de la puerta y haciéndola retroceder hasta donde estaba el resto de la familia. Justo allí, en cuestión de segundos, la casa explotó.
¿Quién es Patch ahora? El héroe de Nola y de toda la familia. Por cosas como esta, es que los perros se han ganado el título del mejor amigo del hombre.
Nunca abandone una mascota, somos todo lo que tiene y nos brindan cariño, amor y fidelidad.
Conozca el testimonio de Nola y su familia en este vídeo (inglés):
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