Este anciano temblaba en la caja del súper y solo una persona lo entendió

Aun tenemos mucho que aprender sobre ser personas realmente humanas

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Este mundo le rinde tributo a la juventud en cada cosa, pero no solo eso, sino a todo lo que ser asocia con la juventud: el erostimo y la velocidad. Por eso, todo lo que no pasa por el aro de la juventud es visto por nosotros recelo, lo cual resulta extraño, pues al fin y al cabo, no somos jóvenes eternamente.

La actitud condescendiente con la juventud implica su contrapartida: somos una sociedad sumamente intolerante con la vejez y todo lo que nos la recuerda. El lado desagradable, realmente desagradable de eso, es que somos impacientes e insensibles con los ancianos, y no les prestamos la consideración necesaria. O bien los tratamos como niños o bien los ignoramos y apartamos de nuestra vista.

Pero eso no fue lo que ocurrió en Mississippi, cuando un anciano se dispuso a pagar su cuenta en la caja de un supermercado. Como usted imaginará, no es difícil deducir que hoy por hoy las cajas de los supermercados también pretender ser veloces y prácticas. Imagínese lo que le ocurrió a este hombre cuando sacó el bolso de las monedas, y comenzó a contar una por una…

La siguiente foto es la publicación original de la testigo del hecho:

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Más de uno comenzó a inquietarse. El hombre contaba las monedas, y con los nervios, se equivocaba de vez en cuando, lo que le obligaba a comenzar nuevamente. Presionado, se ponía a temblar y pedía perdón a todos por las demoras que causaba, hasta que la cajera decidió ponerle fin a esa situación.

Pero no se asuste, que no fue en el mal sentido, sino en el positivo: esta mujer tomó las manos del anciano y le dijo: “No se preocupe… Haremos esto juntos”, y así, aliviado, el hombre contó su dinero con tranquilidad.

Spring Herbison Bowlin era el nombre de la mujer que estaba detrás del anciano en la fila, esperando para pagar, y tuvo la oportunidad de presenciar la escena. Ella misma la reportó en Facebook, donde ha tenido miles de likes. ”Miré a los ojos de esta fantástica mujer y le dije: gracias por su paciencia con el anciano. Entonces ella movió la cabeza y contestó: no debes darme las gracias, cariño. Lo que no está  bien es como reacciona la sociedad en general que ha olvidado que debemos ser solidarios los unos con los otros.”

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Esta cajera demostró lo que debe ser, en realidad, el comportamiento de todos frente a este tipo de situaciones. Estamos llamados a ser solidarios unos con otros, y ese debería ser el orden normal de la vida: la ayuda mutua. Esta historia nos conmueve mucho y nos hace reflexionar. ¿Qué hubiera hecho usted? ¿Hubiera ayudado o tal vez impacientado?.

Mire el siguiente vídeo:

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