En una de sus andanzas infantiles, un niño de 11 años llamado Oliver, en Suecia, encontró un día la mitad de un billete rasgado. En él podía leer una inscripción a mano que decía: “13/08/2017: nos encontraremos nuevamente en diez años en el lago Norrahammar a las 12”.
Oliver no sabía de qué se trataba, pero no fue capaz de desprenderse del billete. La incógnita quedó en su mente. El tiempo fue pasando, y un día Oliver, 10 años después, buscó nuevamente el billete, y lo encontró en el ático de su madre.
Curioso por las posibilidades, y viendo que aún no se cumplía la fecha de la cita, decidió asistir y descubrir de qué se trataba.
en el fondo, tal como él mismo declara, tenía la esperanza de que se tratara de algún juego de un millonario que lo premiaría al ver que había sido capaz de guardar el billete, o quizá podría completar algún misterio.
Lo cierto es que Oliver acudió a la cita, y no encontró a la persona que la había marcado. Tantos años con aquel asunto en la cabeza lo había dejado deseoso de llegar hasta el final.
Al volver a su casa, Oliver comentó lo sucedido en Facebook, y pedía ayuda a sus contactos para encontrar a aquellas persona que había escrito eso.
La historia llamó la atención de los medios de comunicación, de manera que la emisora local de P4 en Jönköping le concedió una entrevista para que contara lo ocurrido. Para su sorpresa, el autor del mensaje lo estaba escuchando. Su nombre era Timo Nikula.
Rápidamente Timo buscó a Oliver, sin comprender cómo había encontrado ese billete. Hasta que finalmente se develó el misterio: Timo había hecho un pacto con su mejor amigo, llamado Magnus. Y Magnus resultó ser el tío querido de Oliver, quien lamentablemente, en el paso de esos años de espera, había fallecido, y aunque Oliver lo veía como un héroe, no conocía mucho de su historia.
Así que Oliver, en su travesía, encontró finalmente un amigo para construir la memoria de su tío.
