Siempre se ha dicho que hay profesiones como la enseñanza o la medicina que son vocacionales. Realizarlas va más allá que recibir un salario al final de mes. El trabajo para estos profesionales es su vida y lo dan todo por ello. Un ejemplo es un médico jubilado que regresó a trabajar para ayudar con los casos del coronavirus y murió a causa de este. Con la pandemia, en el sistema educativo, también se pueden se están dando casos que demuestran el amor que los docentes tienen por su profesión. Una situación es que que ocurre en Guatemala, donde usan el triciclo para el colegio debido a la falta de apps.
Usan el triciclo para el colegio debido a la falta de apps
Con el cierre de los centros educativos como medida para evitar la propagación de la covid-19, muchos docentes han recurrido a las diferentes plataformas online para seguir dando las clases. Sin embargo, se debe tener en cuenta que, no todo el mundo tiene acceso a internet.
Hay alumnos que se las ingenian para poder seguir estudiando, como el joven que sube todas las mañanas a un árbol para conseguir internet y así poder asistir a las clases online de la facultad.
Asimismo, hay profesores que dan el do de pecho por sus escolares, ya que son conocedores de su situación. Uno de ellos es Gerardo Ixcoy. Este junto los ahorros que tenía en un triciclo que acabó convirtiendo en un salón de clases móvil. Con él, pedalea entre campos de maíz de Santa Cruz del Quiché, en Guatemala, para darle clases a sus alumnos. En su medio de transporte lleva una pizarra y un trapeador para poder medir la distancia de seguridad entre él y los pequeños.
Gerardo hace lo posible por visitar a cada uno de los estudiantes dos veces a la semana. Con la llegada del coronavirus, este fue consciente que dar las clases a distancia iba a ser todo un desafío para la comunidad campesina, pero él se propuso que los críos no se quedaran sin estudiar. Por eso, usan el triciclo para el colegio debido a la falta de apps.
Las características del triciclo
Es importante destacar que el maestro ha tenido en cuenta todas las medidas de seguridad. Por ello, el triciclo cuenta con unas cortinas de plástico que sirven de protección para evitar la transmisión de la covid-19. Además de ello al pizarrón hay que sumarle un panel solar chico que sirve para dar energía a un reproductor de audio que Gerardo emplea para dar las lecciones.
Lalito 10, que así es como apodan a este profesor de 27 años, cuenta en palabras recogidas por El Universal que la idea de hacer el triciclo surgió después de que intentó “que los niños hicieran sus trabajos enviando instrucciones por Whatsapp, pero no respondieron. Los padres me dijeron que no tenían dinero para comprar paquetes de datos en los celulares, y otros no podían ayudar a sus hijos a entender las instrucciones”. Cabe señalar que el analfabetismo en esta zona rural es de cerca del 42%. El maestro también explicó que “Los teléfonos celulares que tienen en casa son muy básicos. No pueden bajar apps como zoom, que te permitirían dar una clase virtual”.
Para los niños de sexto curso, la llegada de su profesor es una bocanada de aire para romper con la pandemia. Según Óscar Rojas, un crío de 11 años, todo y que no está dando clases habituales, “el maestro Lalito solo viene un rato a enseñarme, pero aprendo mucho”.
Lo que hace este profesor es digno de admirar y todo el mundo debería conocer el esfuerzo que realiza día a día por sus alumnos.
Para finalizar, en el próximo vídeo puedes ver un reportaje sobre el desafío pedagógico en tiempos de pandemia.
