personas que dicen malas palabras
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Las personas que dicen malas palabras suelen ser más felices

Descubre 3 beneficios de decir palabrotas, según la ciencia

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Decir palabrotas no es una cosa que esté bien vista. Con los pequeños, especialmente, se hace mucho hincapié en que no usen un vocabulario vulgar porque queda mal. Asimismo, a algunas personas les chirría el oído cuando están cerca de alguien que expresa muchos improperios. Pero, quizás, estas personas se sientan más plenas. Resulta que, según la ciencia, las personas que dicen malas palabras son más felices.

Por qué las personas que dicen malas palabras son más felices

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Si eres de las personas que dicen malas palabras, probablemente seas más feliz que aquellas que reprimen sus ganas de expresarlas. Así lo reveló un estudio publicado en Psicology Today. Según esta investigación, son diversos los beneficios que reciben las personas que dicen groserías. Descúbrelos, a seguir, y reflexiona si tú formas parte de ese grupo de gente que suelen decir palabrotas con regularidad.

Produce efecto Analgésicos

Las personas que dicen tacos pueden recibir un efecto analgésico, capaz de calmar un dolor involuntariamente. Así lo sugiere un experimento encabezado por el psicólogo Richard Stephens en la universidad inglesa de Keele. En la prueba científica participaron 67 estudiantes. Estos debían sumergir las manos en agua helada la mayor cantidad de tiempo posible. Mientras lo hacían, estaban obligados a maldecir hasta más no pudieran más. Al poco tiempo, repitieron el procedimiento pero sin decir groserías. Los resultados fueron reveladores.

Mientras gritaban obscenidades, los participantes fueron capaces de mantener las manos dentro del agua 40 segundos más, que cuando no lo hicieron. Igualmente, la mayoría de los jóvenes que participó en el experimento manifestó que sintió menos dolor en general cuando decían palabrota.

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Te hacen sentir más fuerte

Al finalizar el experimento, Stephens concluyó que las personas que dicen malas palabras aumentan la confianza en sí mismos. El especialista advirtió que, quienes dicen vulgaridades, le restan importancia a sus debilidades y mantienen un mejor control sobre las reacciones del cuerpo ante situaciones adversas o incómodas.

Liberas endorfinas

Las personas que dicen malas palabras suelen acelerar la circulación. Simultáneamente, liberan endorfinas, generando sensación de calma, control y bienestar. Lo importante, en este caso, es no  enojarse cuando se dicen tacos. Si la persona se molesta, el resultado es adverso y puede desembocar en violencia psicológica y/o física.

Consejo final:

Pese a que siempre se ha relacionado a las personas que dicen malas palabras con la falta de vocabulario o conocimiento, la ciencia advierte que dicha asociación no es del todo exacta. Para el Psicólogo Richard Stephens, que un individuo diga malas palabras, nada tiene que ver con su intelecto. Al contrario, según el especialista, tienen mejor salud y una vida más feliz aquellas personas que dicen malas palabras y no reprimen sus deseos de expresarlas.

Para finalizar, si deseas complementar la información expuesta en este artículo, no te pierdas el siguiente video.

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