La Organización Mundial de la Salud informa que una de cada tres mujeres es víctima de violencia. Como dicha violencia se sustenta en el hecho mismo de ser mujeres, se considera como violencia de género.
La violencia de género puede manifestarse en diferentes formas, todas graves y dignas de ser tomadas en cuenta, juzgadas y sancionadas. El registro de la violencia varía desde la violencia física, la violencia moral, la violencia íntima y la violencia psicológica.
La violencia psicológica es en realidad la más difícil de describir e identificar, y por ello es sumamente peligrosa. De hecho, puede ocurrir que la propia víctima de la violencia psicológica no sea capaz de identificar sus signos y reconocer que vive en ese escenario.
Pero ¿a qué llamamos violencia psicológica? Se entiende por este tipo de violencia aquellas conductas cuyo propósito es degradar a la persona o controlar sus acciones, creencias, decisiones y comportamiento por medio de la intimidación, la manipulación, la amenaza, la humillación, la explotación, la persecución y el aislamiento, lo que causa daño interno severo, pérdida de la autoestima y pérdida de la independencia y derecho a la autodeterminación.
En realidad, toda agresión física comienza con este tipo de violencia. Por ello muchas veces, cuando la mujer recibe el primer golpe, ya ha sido psicológicamente afectada y por ello es incapaz de reaccionar y defenderse.
Todo esto implica que es necesario crear conciencia sobre este problema que afecta a las mujeres como consecuencia de su condición de género en el seno de las sociedades patriarcales.
Para ello, conviene aprender algunos tips que ayuden a identificar el escenario. Veamos:
Estamos en presencia de violencia `psicológica siempre que:
- La mujer es expuesta a situaciones avergonzantes y humillantes públicamente
- El cuerpo de la mujer es objeto de burlas bajo el enmascaramiento de “chistes”
- El agresor pretende controlar las decisiones, opiniones, creencias y acciones de la mujer.
- El agresor critica constantemente a la víctima.
- El agresor utiliza motes e insultos para nombrarla o referirse a ella: estúpida, retardada, etc.
- El agresor descalifica toda la red de afectos que pueden dar soporte emocional a la mujer: padres, hermanos, amigos, profesores, etc.
Como ve, no es un asunto sin importancia. La violencia de género es un asunto grave y debemos ser consecuentes con su prevención. Si quiere saber más del tema, vea el siguiente vídeo:
