Existen muchas formas de maltrato animal. Una de ellas son las peleas de animales. Puede haberlas de gallos, de perros o de muchos otros. Incluso, hay quienes ponen a pelear animales de diferentes especies.
Oogy era un perro mastiff que había sido utilizado en las peleas de perros, En realidad, él no era exactamente un contendiente, sino que era utilizado como cebo para el entrenamiento de otros perros.
De esa manera, sometido a combates de entrenamiento constante, Oogy perdió una oreja, vio deformado su rostro y tuvo otras lesiones que lo dejaron marcado, además de traumatizado.
Pronto Oogy dejó de ser útil para los criminales que lo sometían a este maltrato, así que lo encerraron en una jaula y lo dejaron allí por días para que muriera por inanición. No recibía alimento alguno, como tampoco recibía agua.
Por suerte, la policía hizo una redada en el lugar, lo que permitió que Oogy fuera liberado de su cautiverio. Lo entregaron a un veterinario para que le diera los cuidados correspondientes. En la sede del consultorio, se encontraba una familia que había llevado a su gato de 17 años a dormir. Los niños estaban muy afligidos.
De pronto, Oogy salió corriendo y se arrojó a los brazos del niño de 12 años. Nadie sabía qué esperar. Había miedo en el lugar pues se trataba de un perro maltratado. Sin embargo, este solo pudo lamer al niño y mostrarle una profunda necesidad de afecto.
Fue así como la familia decidió adoptarlo. Desde entonces, Oogy vivió con ellos unos 12 años más. En ese tiempo en que se hizo parte de la familia, sus dueños decidieron escribir un libro sobre él: “Oogy: Un perro que solo una familia podía amar”, buscando crear conciencia sobre el maltrato animal y las peleas de perro.
Mire el vídeo sobre Oogy aquí:
