Le dijeron que su hijo nació con parálisis cerebral, pero ella luchó e hizo de él algo sorprendente

Esta mujer es un ejemplo a seguir para todos

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La vida de las madres con hijos especiales, sea por la enfermedad que sea, hacen cada día una apuesta diferente. Ellas han aprendido que el amor a los hijos rebasa los ideales de la perfección. Algunas, demuestran un compromiso tal con la situación que enfrentan, que han logrado construir auténticas alternativas superadoras a los problemas que enfrentan sus hijos, facilitando que lleven vidas plenas.

Zou Hongyan tuvo un bebé en 1988, en China, al que llamó Ding Ding. A su nacimiento, los médicos le informaron el terrible diagnóstico: Ding Ding tenía parálisis cerebral y que sería incapaz de desenvolverse normalmente. Su esposo no logró soportarlo, y la dejó con esa responsabilidad totalmente sola.

La parálisis cerebral es una enfermedad que afecta el tono muscular, la movilidad y la capacidad de que el cuerpo responda a la voluntad, y puede comprometer la visión, la audición y la capacidad de aprendizaje. suele producirse durante el parto o hasta los 5 años de edad del niño, bien por infecciones o complicaciones durante el embarazo o las labores de parto, por incompatibilidad de la sangre del bebé y la madre, etc..

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Zou consiguió tres trabajos y se esforzó para brindarle los mejores tratamientos posibles. No quiso aceptar la idea de que su hijo no pudiera hacer cosas normales, así que lo retó siempre con toda clase de juegos y actividades para estimular su mente.

Menuda cosa la que logró esta mujer: hoy por hoy, Ding Ding es un profesional. Se graduó en Ciencias Ambientales de la Universidad de Pekín, y fue admitido en la Universidad de Harvard en Estados Unidos donde actualmente cursa la carrera de derecho.

Claro que no fue fácil este camino, y mucho menos económico. Es un camino sacrificado, pero ¿no se sentirá realmente liberador el momento en que una familia así descubre que ha logrado vencer cualquier determinación biológica? ¿No es tremendamente humanizante? ¿No habrá valido cada esfuerzo, cada noche sin dormir, cada pensamiento invertido para ver con satisfacción cómo el amor vence todas las barreras?

Y usted ¿Qué sería capaz de hacer por su hijo?

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