Shelby y Jonathan tienen una pequeña bebé, un sueño hecho realidad. Un día notaron que algo extraño estaba pasando con ella. Pensaron que se trataba de alguna reacción alérgica, quizá de un ataque de asma o algo así. Por ende, acudieron al médico de inmediato.
Los exámenes no revelaron signos de este tipo de enfermedades respiratorias, pero sí revelaron algo mucho, pero mucho peor. La bebé tenía linfoma de células T, un tipo de cáncer extraño, que puede presentarse de manera indolente o rápida según el paciente.
Desde entonces, la vida de Shelby y Jonathan ha sido un camino de altibajos y preocupaciones para poder lograr que su hija se recupere. Para ayudarse, crearon una página en Facebook llamada Sophie, The Brave, es decir, Sophie la valiente, en la que comparten con quienes le brindan apoyo todos los avances de Sophie.
Shelby pasa la mayor parte del tiempo en el hospital, y desde entonces, su posición le ha permitido notar muchas cosas. Son numerosas las madres que se han sentido identificadas con lo que Shelby ha publicado respecto de lo que ha visto en el hospital, y aquí lo compartimos:
Queridas enfermeras de Pediatría (¡e increíbles técnicos de enfermería!)
Las observo. Me siento en este sofá todo el día y las observo. Intentan tan duramente de pasar desapercibidas por mí y mi hija. Veo su cara entristecer un poco cuando ella les ve y llora. Veo que intentan tantas formas de aliviar sus miedos y ganarles. Veo que dudan al ponerle o sacarle las curitas. Dicen… “lo siento” más veces en un día de lo que la mayoría de la gente dice “gracias”.
Veo todas esas bandas de goma en sus brazos y el estetoscopio alrededor por cada niño que han querido y amado. Las veo llevando un montón de medicinas y suministros en la habitación de un niño mientras su teléfono está sonando en tu bolsillo desde la otra habitación. Veo que se ponen guantes y una máscara y tratan de no hacer mucho ruido por la noche. Las veo clasificando pilas de cuentas para que se las puedan dar a su paciente para añadir a su collar en constante crecimiento. Veo que acarician su cabecita calva… Las veo sosteniendo a la madre que llora al recibir malas noticias. Veo que tratan de dibujar algo en la computadora mientras tienen a un bebé en brazos cuya madre no puede tenerlo o no estará en el hospital.
Han dejado a un lado su vida durante 12 horas para cuidar de niños muy enfermos y moribundos.
Entran en cada habitación con una sonrisa sin importar lo que esté sucediendo allí. Ven el nombre de Sophie en el horario y vienen a vernos incluso cuando no corresponde. Llaman al médico, al banco de sangre y a la farmacia tantas veces como sea necesario para que mi hija reciba lo que necesita de manera oportuna. Me revisan tan a menudo como la revisan. Se sientan y me escuchan divagar durante 10 minutos a pesar de que su teléfono está zumbando y su lista de tareas pendientes es de un kilómetro de largo.
Las veo usando el teléfono como plantilla para pintar el personaje de dibujos animados perfecto en la ventana del niño nuevo. Las veo animando con tanto entusiasmo al niño que da vueltas por la estación de enfermeras… Veo que sostienen manos pequeñas, cambian sábanas sucias, traducen charlas médicas para padres y se enjugan los ojos al salir de una habitación especialmente difícil. Veo que se ponen guantes, máscaras y una bata y luego toman una pausa antes de colgar una bolsa con la IV de quimioterapia venenosa para mi hija.
Las veo. Todos las vemos. Ninguna cantidad de canastas de regalos o tarjetas puede expresar plenamente lo valiosas que son. Ustedes son Jesús para nosotros todos los días. Nuestros hijos no obtendrían lo que necesitan sin ustedes. Las madres como yo no se sentirían cuerdas ni escuchadas sin ustedes. Ustedes salvan a nuestros bebés y eso no lo podemos hacer eso sin ustedes.
Con amor,
Una madre que ve todo lo que hacen y les ama profundamente por eso.
Merecen todo nuestro respeto las enfermeras y los enfermeros que aman lo que hacen. Para muestra, un botón:
