María Mansia pasó 21 años sin saber del destino de su pequeño, llamado Steve. No sabía si estaba vivo o muerto. Solo sabía que fue secuestrado en el año 1995, cuando apenas tenía 18 meses, y que su secuestrador se había robado todo lo que pertenecía al niño: sus objetos, sus fotos y hasta el ultrasonido.
Sus esfuerzos por encontrarlo fueron inútiles. Durante años tuvo que vivir la angustia de no saber qué había pasado con su pequeño. La policía no había logrado darle una respuesta satisfactoria a María, hasta que un día, 21 años después, ella recibió una llamada de los cuerpos de seguridad del estado.
Su hijo, finalmente, había aparecido. Fue secuestrado por su padre, quien huyó hasta México con el pequeño, a quien le ocultó que su madre vivía todos esos años.
La policía reunió a madre e hijo una vez más. Steve, quien ignoraba que era un niño secuestrado, se emocionó al saber que su madre vivía, y le obsequió todas las fotos que había acumulado a lo largo de su vida.
Hoy,vive junto a ella en Estados Unidos. La invitamos a ver el reportaje de esta historia:
