Cuando decides entablar una relación con alguien, la confianza es una de las cosas más importantes para mantener la relación sana, junto con el respeto. Pero parece que una pareja española no confía mucho el uno en el otro y ha decidido firmar un contrato que cobra una multa por infidelidad.
Cuando hablamos de ser fiel a alguien, no nos referimos sólo a ser monógamo, al fin y al cabo hay parejas que son muy felices, fieles y respetuosas, pero que han acordado que pueden tener relaciones con otras personas, y eso está bien, ¡cada uno lo sabe por sí mismo!
Pero si aceptas entrar en una relación monógama, también estás aceptando respetar a la otra persona y sólo tener una relación emocional con ella. No deberías tener que firmar un contrato para hacerlo y evitar tener que pagar una cuantiosa multa.
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Sea como fuere, la pareja de esta historia pensó que la forma más segura de evitar la traición era correr el riesgo de tener que desembolsar hasta 5.000 euros, una cantidad que fijaron lo suficientemente alta como para “aguantar” y no traicionar la confianza del otro.
La conversación entre la pareja, Verónica y Gabriel, se hizo pública, revelando las intenciones de Verónica de formalizar la relación con un contrato por el que se le impone una multa por infidelidad debido a su profunda desconfianza.
Verónica creó un contrato vinculante, detallando los términos y condiciones de su noviazgo. Sorprendentemente, Gabriel aceptó de buen grado, deseoso de establecer una relación “seria”.
El contrato fue pensado al detalle por la mujer, que no oculta su inseguridad respecto a su novio. El documento prevé la prohibición de mantener conversaciones explícitas con terceros por cualquier medio, castigada con una multa de 500 euros.
Las infracciones más graves, como el “contacto oral” con otras personas, conllevan una pena más severa de 2.000 euros, mientras que las relaciones sexuales extramatrimoniales dan lugar a la escalofriante multa de 5.000 euros.
Y no se puede retrasar el pago de la multa en caso de infracción. Según el contrato, las multas deben pagarse en las dos semanas siguientes al descubrimiento de la infidelidad, con una penalización adicional de 50 euros si el culpable intenta ocultar la aventura.
Al menos pueden rescindir el contrato por escrito en cualquier momento si ya no se soportan y quieren ponerle fin.
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