Una vez que la gente ha empezado a usar mascarillas protectoras contra el coronavirus, no tardó mucho tiempo en surgir un pequeño inconveniente. Aquellas personas que llevan gafas, habrán notado que pocos segundos después de ponerse la mascarilla, sus anteojos comienzan a empañarse. Si este es tu caso, quédate tranquilo. Aquí podrás conocer unos simples consejos para evitar que esto te vuelva a suceder.
Pon una protección de papel en la parte superior de la mascarilla
Lo que hace que los lentes se empañen al ponerte la mascarilla es el aire caliente que sale de la respiración desde la parte superior de esta. Por lo tanto, para solucionar el problema, coloca un trozo de papel doblado debajo de la parte superior de la mascarilla, sobre la nariz. El cometido del papel es absorber la condensación generada por el aire caliente antes de que llegue a las lentes.
Lava las lentes de las gafas
Este es un consejo bien diferente. Antes de colocarte la mascarilla, lava las lentes de las gafas con agua mezclada con un poco de jabón, agitando ligeramente y sin secar por completo. Después, deja que las lentes terminen de secarse solos. Los restos de jabón que quedan en las lentes no van a permitir que el aire caliente se condense en el vidrio.
Ajústate bien la mascarilla
Otra opción es torcer los elásticos de la máscara antes de utilizarla. De esta forma, se ajustará mejor a tu cara, lo que evitará el paso del aire por la parte de arriba. Si es una mascarilla con cuerdas, no elásticas, invierte la forma de atártela: ata las cuerdas superiores sobre la parte posterior del cuello y las inferiores sobre las orejas.
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