Parábola budista: el día en que Buda fue ofendido

Además de la salud del cuerpo, la salud del espíritu debería ser nuestro norte

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El budismo es una doctrina filosófica y espiritual que promueve la liberación del hombre de sus opresiones internas, tales como el odio, el deseo y la ignorancia. Esta filosofía entiende que el mal que lastima al hombre normalmente está dentro de sí mismo.

Por este tipo de planteamientos, el budismo trae al mundo un conjunto de historias, leyendas y enseñanzas que tienen como propósito enseñarnos estas verdades espirituales desde un enfoque liberador. Y así es la historia que le traemos.

Últimamente, de hecho, he pensado que nuestro sentido de la justicia se parece más al de la venganza, y los sentimientos de odio nos carcomen por dentro. Lo malo es que sentimos, muchas veces, que estamos justificados por las evidentes agresiones infundadas de los demás. Pero ¿qué nos diría Buda?

La historia del día en que Buda fue insultado

Cuenta la leyenda que un día Buda se encontraba con sus discípulos cuando un hombre se le acercó, y sin más, le escupió en el rostro. Los discípulos se indignaron ante tal comportamiento.

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Uno de ellos, llamado Ananda, se acercó a Buda y le dijo: “¿Quieres que le demos su merecido a este hombre?”, a lo que Buda respondió con toda serenidad: “No te preocupes, yo hablaré con él”.

Con ánimo tranquilo y relajado, Buda se acercó al agresor. Juntando sus manos y saludándolo con reverencia, le dijo estas palabras:

“¡Gracias por lo que has hecho! Tu acción me ha demostrado que, finalmente, la ira que sentía por dentro me ha abandonado. Por ello, estoy muy agradecido. Pero al mismo tiempo, tu gesto ha despertado las reacciones de mis discípulos, y me ha demostrado también que Ananda y los demás aún pueden ser invadidos por la ira. ¡Gracias por eso!”

La reacción de Buda fue absolutamente inconcebible para el agresor, que no pudo más que avergonzarse por su comportamiento y conmoverse.

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Y podemos pensar que no solamente se trata de ignorar las actitudes negativas de los demás: a veces, también puede ser bueno no tomar en serio cuando nos elogian o nos adulan. Mantenernos distantes de esos elogios puede ser la mejor opción para controlar el ego.

Y usted, ¿qué haría ante una agresión así?

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