En tiempos inmemoriales, la juventud de la mujer representaba un valor simbólico que expresaba fecundidad y/o fertilidad. De allí que cumpliera un papel fundamental en la elección de pareja para la reproducción de la especie o, dicho en términos sociales, la perpetuación del apellido.
Hoy en día, sin embargo, las mujeres siguen enfrentando una carrera contra el tiempo, aun cuando las circunstancias sociales han cambiado, y se supone que la maternidad no debe ser vista como el fin último de la vida de la mujer.
La persistencia de esta atávica valoración de la juventud femenina, mucho más la masculina, justifica la presencia contundente de toda una industria cosmética y médica al servicio de las más titánicas batallas contra los signos de la edad. Pero ¿por qué se sostiene esa valoración? Y sobre todo, ¿debe ser así?
El testimonio de Sofía Chernyshova
Sofía Chernyshova es una filóloga, profesora y entrenadora de negocios. Escribió un libro que se llama Casada a los 50, o rompe los esquemas. Ha compartido con muchos en sus talleres y textos sus reflexiones sobre la posición de la mujer cuando alcanza los 50 años.
La primera pregunta que se plantea Chernyshova es “¿por qué yo debería verme como de 30 años cuando tengo 50?”. La sociedad de hoy le rinde culto a la juventud, incluso en las cosas más insignificantes. La industria cosmética se aprovecha de las inseguridades de las mujeres para crear la necesidad de los productos, en una carrera sin fin contra la edad.
Pero para Chernyshova, una mujer de 50 no tiene la obligación de aferrarse a la edad que algún día tuvo. Para ella, cada etapa de la vida tiene sus maravillosas consecuencias, así como cada etapa de la vida tiene sus dificultades. ¿Quién en su sano juicio querría volver a aquella época en la que no sabía tomar decisiones, y por su inmadurez, tuvo que soportar tantos golpes, por ejemplo?
Cuentas que Sofía Loren, antes de entrar al set de filmación, le dijo a la maquillista: “No me oculten mis arrugas… Me ha tomado una vida conseguirlas”. Con estas palabras, esta belleza italiana supo dignificar su edad y la belleza de sus años. Chernyshova nos invita a lo mismo.
¿Por qué una mujer tendría que avergonzarse de los años que ha ganado? ¿por qué un cumpleaños debe dejar de celebrarse para no ponernos en evidencia? Cada año que se suma al historial, es una celebración de vida que atesorar.
Si no nos cree, vea el siguiente vídeo de Pilar Sordo, una chilena experta en la materia, que nos explica por qué debemos celebrar cada año que llevamos encima:
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