La historia de Johnny Rhodes es muy particular. Para quien escribe este artículo, la historia inicia a través de los ojos de otro Johnny… Johnny Servantez.
Servantez era un hombre que nunca le daba dinero a los mendigos que veía por la calle. Como muchas personas, era uno de los que pensaba que se habían propinado su propia suerte, y que si les daba dinero, apenas le ayudaría a mantener sus vicios.
Pero un día, Servantez vio algo impactante. En Indianapolis, Estados Unidos, vio a un hombre postrado en la calle, realmente famélico, que tenía apenas un par de objetos en posesión. Su espalda completamente torcida, sus huesos totalmente brotados de su piel. Daba impresión ver a aquel hombre, cuyo sufrimiento era más que notorio.
En contra de su propia ideología, Johnny Servantez no pudo más que darle algo de dinero, pues no resistía ver aquella escena sin hacer nada al respecto. Pero no solo quedó ahí. Servantez decidió tomarle una foto y publicarla en Facebook como parte de una campaña para conseguir dinero y comida para él.
Lo único que se le ocurrió fue decirle a la gente que se acercara al lugar y le dieran comida, dinero o algunos bienes, como ropa o cobijas. Lo que Servantez no imaginó nunca, es que esta foto rodaría por la red hasta dar con alguien que cambiaría el destino de Johnny Rhodes. Se trata de su propio hermano, de nombre Danny.
Danny y Johnny Rhodes se habían dejado de ver desde la muerte de su madre 7 años atrás. Cada uno había tomado caminos separados, pero nunca pensó que su hermano llegaría a vivir en esa situación.
Conmovido, fue a buscarlo, pero no lo encontró. Fue así como Amy Renae Smith creó una página de Facebook con el propósito de descubrir su paradero.
Finalmente, Johnny Rhodes fue hallado y llevado a casa, donde su hermano se encarga de él.
Más finales como este deberían ocurrir en le mundo. Más amor, más misericordia, más compartir. Mire en este vídeo otras historias sobre gente que ha hecho el bien más allá de sus prejuicios:
