Siempre se dice que la condición social de una persona no le hace mejor ni peor persona. Y esto es una realidad. También se comenta que hay mucho talento perdido en el mundo porque algunos individuos no cuentan con medios suficientes para estudiar. La historia de un indigente entra en la Universidad de Harvard es el claro ejemplo de esto. Lo bueno es que en esta ocasión no se desperdició la inteligencia.
Indigente entra en la Universidad de Harvard
Siempre se alienta a la gente a que luche y persiga sus sueños. Con esfuerzo y tesón todo se puede lograr en la vida. Da igual de donde vengas y adonde vayas. Si confías en ti mismo y no decaes cuando surgen los inconvenientes puedes alcanzar tus metas.
Esta actitud fue la que tuvo el Justus Uwayesu, un joven nacido en Ruanda que tuvo que lidiar con muchas batallas a lo largo de su vida. No obstante, su esfuerzo tuvo recompensa. Y es que este indigente entra en la Universidad de Harvard después de haber sufrido un genocidio en 1994. Dicha situación lo dejó huérfano y tuvo que vivir en vehículos incendiados sin ventanas y en el vertedero de Kigali, la capital de su país.
La conversación que cambió su vida
Si es muy emocionante conocer que un indigente entra en la Universidad de Harvard, aún más es saber su camino hasta allí.
Justus, el cual con 8 años ya había recorrido 100 kilómetros vagando, nunca sabía si sobreviviría al día siguiente o no. Pero un día su suerte cambió al encontrarse con Clare Effiong, una voluntaria americana. Ésta, con el auxilio de un traductor, charló con Justus y otros niños de Ruanda. Clare les preguntó “qué querían” y todos, como pequeños que eran, respondieron ropa, juguetes o dinero. Sin embargo, la contestación de Justus fue diferente. Éste declaró que deseaba ir al colegio.
Desde ese momento, el destino de Justus fue otro bien diferente. Clare decidió financiar los estudios de él. Éste, en la actualidad, ya habla 5 idiomas y es muy bueno en química y matemáticas.
En la actualidad, el ruandés estudia en la Universidad de Harvard de Estados Unidos gracias a una beca que ha conseguido tras 13 años de mucha dedicación a los libros. Justus combina sus estudios con los proyectos de caridad donde colabora. Asimismo, ha abierto un colegio culinario para las jóvenes.
La historia de esfuerzo de Justus es impresionante y admirable. También lo es la del Jono. Éste joven nació con un síndrome raro, por lo que sus padres lo abandonaron. No obstante, éste superó diversos obstáculos y hoy es una persona feliz.
Por último, no dejes de emocionarte con la historia de superación que se presenta en el próximo vídeo.