Elliot y Berry se conocieron en la preparatoria, en seguida se convirtieron en los mejores amigos. Eran inseparables. Se encargaron de llenar sus vidas de alegrías, fiestas, risas, momentos y recuerdos.
Luego de la preparatoria decidieron alistarse juntos al ejército, era un reto para ambos que los fortalecería, servirían a su país y los haría crecer como hombres. Fueron enviados en diferentes misiones, pero realmente la misión de ambos era la misma: regresar con vida.
Elliot no lo logró. Murió en Afganistán.
El entierro de Elliot fue un momento muy triste. Toda la familia y amigos del soldado estaban devastados. Tristes al ver que un hombre tan joven, especial y alegre perdiera perdido la vida. Intentaban recordarlo feliz, como siempre fue.
Entre lágrimas, oraciones y silencio, llegó Berry, el mejor amigo de Elliot. Todos estaban muy sorprendidos y molestos, pues el joven soldado llegó vistiendo un vestido amarillo de mujer junto con unas medias de color rosado. Todos lo criticaron y se molestaron con él, pero Berry seguía caminando hacia la urna, con el corazón destrozado.
Berry explicó el motivo de su vestimenta y todos lloraron.
“Era una apuesta, una promesa, un castigo”.Antes de ir a la Guerra, Elliot y Berry se prometieron el uno al otro que si alguno de los dos moría durante su misión, el que sobreviviera iría al funeral del otro vestido de mujer, luciendo un vestido amarillo y medias rosadas. Berry sin pensarlo dos veces cumplió su promesa, envuelto en lágrimas.
Cuando la familia de Elliot supo el motivo de la vestimenta de Berry, no hizo más que llorar y agradecerle por la amistad sincera que tenía con su hijo.
Berry es un hombre de palabra, un claro ejemplo de cariño y amistad sincera.
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