Clamidia
Crédito de la imagen: Dicasonline

Clamidia: una enfermedad de transmisión sexual silenciosa

No todo el mundo tiene síntomas y cuando surgen pueden ser por medio de complicaciones

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La clamidia es una infección bacteriana de transmisión sexual causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y es la ITS o ETS más común en todo el mundo. Esta enfermedad puede afectar los órganos reproductores de hombres y mujeres, puede infectar la garganta y es responsable de una infección ocular que puede cegar.

En el caso de la transmisión sexual, la clamidia afecta principalmente a personas entre 20 y 24 años y, a pesar de afectar a ambos sexos, es más común en mujeres. El gran peligro es que, si no se trata, puede provocar infertilidad.

A pesar de su alta incidencia, el control de la clamidia no se incluye en el grupo de exámenes ginecológicos de rutina en muchos países, lo que dificulta el diagnóstico precoz e incluso la información sobre prevención.

¿Cómo ocurre la infección?

La clamidia se puede transmitir al bebé de una mujer embarazada infectada. Además de ello, entre los adultos, se transmite a través del sexo en cualquiera de estas condiciones:

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  • Con penetración sin preservativo;
  • Sin penetración, a penas con el contacto externo entre genitales;
  • Contacto entre fluidos genitales y saliva;
  • Compartiendo objetos sexuales sin preservativo o sin desinfección.

Síntomas de clamidia

La clamidia no siempre presenta síntomas, y esto es peligroso, puesto que quienes no presentan síntomas no buscan tratamiento.

Como la enfermedad no forma parte de las pruebas de detección de rutina, es posible que la persona infectada nunca sepa que tiene clamidia. Si es una mujer, puede volverse infértil sin la oportunidad de someterse a un tratamiento mientras aún hay tiempo.

En algunos casos, pueden aparecer síntomas leves, muchas veces confundidos con problemas urinarios.

Las mujeres experimentan dolor al orinar, secreción vaginal o rectal, dolor pélvico, sangrado después del coito, sangrado entre períodos menstruales y dolor de garganta.

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Los hombres pueden experimentar secreción no purulenta del pene o del recto, ardor al orinar, dolor o hinchazón en los testículos e irritación en la garganta.

Posibles complicaciones

Si la bacteria permanece en el cuerpo durante mucho tiempo, puede provocar infertilidad, dolor pélvico crónico, embarazo ectópico y complicaciones del embarazo como aborto espontáneo, prematuro y bajo peso al nacer.

Además del riesgo de que el bebé nazca prematuramente, puede infectarse dentro del útero y así desarrollar conjuntivitis o neumonía.

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Pueden darse otras complicaciones cuando la bacteria se convierte en una condición infecciosa, lo que lleva a fiebre, postración, absceso tubárico y ovárico, que puede provocar dolor abdominal repentino y severo. Si esto ocurre, es posible solucionarlo con cirugía, pero con riesgo de pérdida de las trompas.

En los hombres, la clamidia no tratada puede afectar a la próstata, a los testículos y al conducto por el que pasan los espermatozoides. También puede ocasionar artritis reactiva, cuando las articulaciones, los ojos y la uretra se inflaman.

Prevención del tratamiento de la clamidia

La forma de prevenir la infección por clamidia es usar siempre preservativo. También es necesario tener mucho cuidado a la hora de practicar sexo oral, que debe hacerse con cierta protección, ya sea usando preservativos para hombres o bragas de látex para las mujeres.

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Cuando se diagnostica a la persona, el tratamiento se realiza con antibióticos para la persona y para su pareja, aunque usen habitualmente preservativo.

Mientras se realiza el tratamiento, se deben interrumpir las actividades sexuales, ya que todavía existe el riesgo de transmisión. El médico autorizará la vuelta a la vida sexual cuando finalice el tratamiento y las pruebas muestren una cura.

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