Carta de un hijo: el dinero no compra la felicidad

Ella era pobre y él rico, pero jamás fui tan feliz con mi padre como lo fui con mi madre

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A pesar de la separación de sus padres, Arnold siempre fue un niño feliz. Su madre, Lory, se quedó con su custodia y su padre Harry lo veía cada quince días.

Lory siempre fue una mujer muy trabajadora, pero su salario no le permitía darse muchos lujos. A diferencia de Harry, quien desde muy joven era rico.

Arnold prefería mil veces a su madre pobre que a su padre rico.

Carta de Arnold a los niños:

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“Mis padres se divorciaron cuando yo era muy pequeño. No recuerdo haberlos visto juntos y realmente prefiero que sea así, no me hubiese gustado verlos pelear.

Fui un niño muy afortunado, nunca me faltó nada gracias a Dios, claro, en lo que a términos económicos se refiere.

Mi madre siempre jugó conmigo, me leyó los mejores libros y cuentos, me llevó al parque, me ayudó con mis tareas, jamás faltó a mis actos escolares y siempre estuvo allí para mí. Mi padre y yo no teníamos la mejor relación, nos veíamos muy pocas veces y cuando lo hacíamos él siempre quería ganarse mi corazón comprándome los juguetes más costosos.

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Ella no tenía mucho dinero, pero me dio todo el amor del mundo, jamás me falló. Él siempre tenía algo más importante qué hacer.

Yo como niño pequeño siempre le acepté los juguetes que me ofrecía, hasta que cumplí 16 años, ese fue mi último regalo, una moto de agua de más de 15 mil dólares. Cuando recibí ese regaló entendí que la felicidad y la alegría que podía generarme era absolutamente momentánea, a diferencia de la alegría que me causaba el amor de mi madre. En ese momento dejé de aceptarle regalos y decidí empezar a trabajar para ayudar a mi mamá.

Le agradezco a mi padre por su apoyo económico, ya que nunca me faltó, pero sí le pido que si tiene la oportunidad, en esta o en su próxima vida intente enmendar sus errores y ser el verdadero padre que un hijo puede necesitar. Un padre no es un cajero automático, un padre es amor, es paciencia, es consejo, es compañía, es tiempo.

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Hoy en día soy el hombre que soy gracias a todos los sacrificios de mi mamá, quien más de una vez dejó de comprarse cosas para ella para dármelas a mí y lo hacía con todo el amor del mundo. Mi mamá es mi heroína y agradezco a Dios haberla tenido conmigo. Siempre tuve muy claro lo que me hacía realmente feliz y agradecido.

A todos los niños que se encuentran en una situación similar a la mía, les pido que jamás se dejen envolver por el dinero. El amor verdadero y el tiempo compartido es lo único que realmente vale en esta vida.

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El afecto, el interés y la compañía es el mejor regalo que alguien puede darte. El dinero no compra la felicidad y jamás lo hará.

Hoy en día trabajo para ayudar a mi madre y siempre estaré agradecido con ella.”

Este muchacho ahorró durante un año para comprarle a su mami el auto que ella había deseado tener desde que era un niña. Vean su reacción.
Muchachos así valen oro , esa madre hizo un buen trabajo

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