Casi muere de cáncer, pero pudo bailar en su boda con el hombre que le salvó la vida

Saber vivir pasa, necesariamente, por saber agradecer

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La vida siempre es un hermoso don. Pero aunque ella es, en sí misma, gracia, no para todos resulta sencilla y, a veces, es necesario luchar incansablemente para poder seguir disfrutando de ella, a pesar de todo infortunio.

Greta Hokanson es una chica que apenas a los 16 años fue diagnosticada con leucemia, un tipo de cáncer que se define como “una de los órganos productores de la sangre que se caracteriza por la proliferación excesiva de leucocitos o glóbulos blancos en la sangre y en la médula ósea”.

Como otras formas de cáncer, la leucemia puede ser mortal. A esa corta edad, Greta ya tenía una sentencia de muerte sobre sus espaldas. Sin duda, no es tarea fácil. Pero ella, como toda joven, era una luchadora, y se propuso sobrevivir a tan terrible designio.

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Esta enfermedad suele ser tratada con un trasplante de médula ósea, y la dificultad del proceso reside en encontrar un donante que sea compatible con el enfermo. Greta tuvo suerte, y finalmente, consiguió un donante y todo salió muy bien para ella. Su nombre sería Danny Daniels.

Con el tiempo, Greta consiguió un novio y se comprometió. Para el momento de su trasplante, ella no pudo saber quién era el donante, pues parte del protocolo médico prohibía dar esta información, pero dos años después, Greta finalmente lo encontró.

Llegado el gran día de su boda, el primer día del resto de su vida, como solemos decir, Greta quiso agradecer a su donante la hermosa posibilidad de vida que le donó desinteresadamente gracias a su gesto valiente. Fue así como lo invitó a la fiesta y bailó con él el tema “Ángeles entre nosotros”. Así, Greta si tuvo un final feliz de cuento de hadas.

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El episodio fue transmitido en el programa de Ellen Degeneres, y usted puede ver la entrevista a sus protagonistas reales aquí:

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