Daniel Carlin, un hombre estadounidense de 62 años de edad toda la vida ha sido un amante de la vida marina, el buceo y la pesca deportiva.
Ya retirado del buceo, se dedicaba más que todo a pescar, pero luego de un terrible incidente no quiere saber nada de la pesca por un buen tiempo.
El año pasado mientras se encontraba pescando en su yate junto con su esposa y dos amigos, le sucedió algo muy peligroso y totalmente inesperado.
Daniel pescó el pez más gordo y grande del día, estaba muy feliz por ello y decidió posar con él para una fotografía, cuando sorpresivamente un lobo marino salió del agua a toda velocidad y le arrebató el pez, tomó parte de su brazo y lo arrastró por la borda hasta caer en el mar.
Su esposa fue testigo de la terrorífica escena, pero el miedo fue mayor cuando dejó de ver a su esposo en el agua pero sí las burbujas en la superficie.
Se estima que el lobo marino tuviese un peso de casi 140 kilogramos. Daniel afirmó a la cadena ABC que al ver que el animal lo arrastraba al agua a esa velocidad sabía que moriría, no podía creer lo que estaba sucediendo, jamás pensó que un lobo marino lo atacaría de esa forma.
Al caer en el agua y desaparecer, su esposa sabía que Daniel no se podría dar por vencido y efectivamente fue así, el hombre luchó por casi 30 segundos hasta lo que logró liberarse del animal y con sus últimas fuerzas arrastrarse al barco.
Daniel terminó con una mano, el brazo y un pie roto, además de haber sufrido múltiples traumatismos en el pecho.
Afortunadamente, gracias a su fuerza y al no haber entrado en pánico, muy seguramente por su experiencia como buzo, ya se encuentra bien y en perfecto estado de salud. Hoy en día Daniel cuenta su historia, afirmando que la vida puede acabar en cualquier momento y que por ello hay que disfrutarla al máximo y siempre hacer el bien a los demás.
Nadie se explica el motivo por el cual el animal actuó de esa forma, ya que por lo general este tipo de ataques no ocurren. El teniente de la zona le preguntó a Daniel si había arrojado tripas de peces o comida al agua con la intención de alimentar a los lobos marinos y le dijo que no, así que más aún tenemos dudas sobre la causa del ataque.
Lo sucedido sirve de ejemplo para no subestimar a las criaturas acuáticas por más adorables que sean, ya que no sabemos cómo pueden actuar.
Compartimos el reportaje de los hechos (inglés):
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