¡Un abuelo de 23 años! ¿Quién lo diría?

No es una rareza por la edad. Es una rareza por el buen corazón…

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La capacidad de sacrificar la vida por amor al prójimo no es una actitud muy difundida precisamente. De hecho, la ideología dominante considera que las personas capaces de entregarse por amor y solidaridad están fuera de orden. Pero este joven no es igual.

Tonny Connolly es un joven de apenas 23 años. Se dedica a estudiar en la universidad. Su vida no es particularmente agitada. Él mismo afirma que dedica mucho tiempo a estudiar, y que sus amigos, entre los que tiene buenos estudiantes y atletas, pasan la mayor parte de su tiempo estudiando o entrenando también, de manera que las noches de fiesta no son tan frecuentes.

Este hombre, pues ciertamente tampoco es un niño, aunque el mundo exija en imponer un complejo de Peter Pan a cuanto veinteañero se le presente, tiene una prima menor de edad a quien no había vuelto a ver en años.

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Un día la encontró de nuevo. Ella había caído en las drogas y se había retirado de la escuela. Para colmo de males, estaba embarazada. Así que Tonny, conmovido por su situación, le prometió que nunca la dejaría sola, y que ella no volvería a ser abandonada nunca más.

Así, se puso al día y decidió adoptarla. De ese modo, Tonny, con solo 23 años, se convirtió en el padre de una muchachita de 17, cuyo nombre no se puede revelar por ser menor de edad, y abuelo de un pequeño bebé.

Algunos se preguntan si era realmente necesario que adoptara a la jovencita para ayudarla. Otros, consideran que Tonny está desperdiciando sus mejores años de juventud. ¿Qué piensa usted? Comparta su opinión con nosotros.

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