Incluso si no tienen hijos, cualquier persona adulta sabe que los bebés lloran para comunicar lo que sienten. Pero parece que algunos no están dispuestos a entender lo obvio. Sin embargo, cuando dices lo que quieres, escuchas lo que no quieres.
En Singapur, Geralyn Amy Yeh, la madre de un bebé de cinco meses, recibió una nota de su vecina de al lado pidiéndole que cerrara la puerta cuando su hijo comenzara a llorar, ya que estaban trabajando en casa y el llanto del bebé los estaba perturbador durante el día. La mujer incluso tuvo la audacia de decir que la madre debería estar más atenta.

En la carta a la vecina, Geralyn comenzó disculpándose y explicando que también estaba trabajando desde casa. En caso de que el vecina no tenga hijos y no entienda cómo se comportan los niños, la madre se propuso explicárselo:
“Es así como ellos se comunican y no tengo la magia para que deje de llorar o para hacerla crecer más rápido para que pueda comunicarse sin llorar”.
Finalmente, Geralyn ironiza sobre la situación diciendo que hizo todo lo posible para resolver el “problema” de la vecina:
“No puedo controlar cuándo quiere llorar, ya sea de día o de noche. Pero tenga la seguridad de que le dimos una advertencia severa el día que recibimos su queja. No sé si lo entendió muy bien, pero se puso seria después de escuchar y nos miró con tristeza y pena”.

