Flossie -una gata negra y marrón de 26 años que vive en Inglaterra- fue declarada el miércoles 23 de noviembre de 2022 la gata viva más vieja del mundo por el Libro Guinness de los Récords, lo que supone un fantástico logro para el felino y su guardián.
Flossie recibió el reconocimiento oficial a la edad de 26 años y 329 días – aproximadamente 120 años en años humanos, según el libro de referencia de los récords.
“Desde el principio supe que Flossie era una gata especial, pero no imaginé que compartiría mi hogar con un plusmarquista mundial”, declaró su actual propietaria, Vicki Green, al sitio web oficial del Libro Guinness de los Récords.
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A pesar de su avanzada edad, Flossie aún no tiene canas en su esponjoso pelaje. Aunque esta gata negra y marrón de 26 años tiene un aspecto perfecto, tiene problemas de visión y es sorda. Pero aparte de eso, Flossie goza de buena salud.
“Nos quedamos atónitos cuando vimos que el historial veterinario de Flossie indicaba que tenía 27 años”, declaró Naomi Rosling, coordinadora de la sucursal de Cats Protection, al conocer la edad de la gata, un viaje que la organización benéfica líder en el Reino Unido en bienestar felino inició en agosto de 2022 para confirmar el registro.
Según Green, su amigo felino sigue siendo juguetón, curioso y despreocupado por su sordera. En cuanto a su vista, dijo que Flossie se adapta rápidamente a nuevos entornos, un rasgo particular al que se ha acostumbrado debido a sus primeros años viviendo como chucho.
Hasta diciembre de 1995, Flossie vagaba libremente por una colonia de gatos cercana al Hospital de Merseyside hasta que, entre varios gatitos de pocos meses, fue adoptada por algunos de los amables empleados que trabajaban allí.
Cuando la propietaria falleció, 10 años después de adoptar a Flossie, su hermana acogió al felino en su casa. Sin embargo, el nuevo dueño de Flossie murió 14 años después y dejó a la gata de 24 años sin hogar una vez más.
Afortunadamente, el hijo de la anterior propietaria proporcionó a Flossie un santuario durante cuatro años, pero finalmente decidió confiar su gata a los voluntarios de Tunbridge Wells, Crowborough and District Branch of Cats Protection.
“Buscó nuestra ayuda cuando era lo mejor para Flossie”, dijo Rosling. “La tenencia responsable de gatos es cuando alguien piensa en las necesidades del animal por encima de sus sentimientos”.
Siempre he querido dar a los gatos mayores una vida cómoda”, dice, con la esperanza de inspirar a otros a adoptar mascotas mayores.
Aunque Flossie ostenta actualmente el honor de la vejez, el gato más viejo que ha existido se llamaba Crème Puff, que alcanzó la edad de 38 años y tres días y murió el 6 de agosto de 2005.
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