Muchas personas tienen un corazón enorme lleno de amor que ofrecer. Entre este grupo especial de personas se encuentra Katrina Mullen, una enfermera que adoptó a una madre de 14 años y a sus trillizos prematuros.
Ciertamente, la adopción es un acto de amor y no es para todo el mundo. Normalmente, la gente quiere adoptar niños pequeños, pero en este caso, son tres niños pequeños junto con su madre, que también sigue siendo una niña con sólo 14 años.
Esta historia comenzó cuando Shariya Small ingresó en el hospital donde trabaja la enfermera Katrina, en el estado de Indiana, Estados Unidos.
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Encargada de atender a bebés nacidos prematuramente, Katrina vio de primera mano los retos que supone para una niña tener que cuidar de tres bebés, y decidió hacer algo extra por esta joven mamá.
“Estoy muy familiarizada con lo aterrador que es estar embarazada a una edad tan temprana, si necesitas algo estoy aquí”, le dijo la enfermera a la joven.
Las dos se hicieron íntimas porque los trillizos prematuros de Shariya tuvieron que pasar cinco meses hospitalizados en el Community Hospital North de Indianápolis.
Cuando los niños recibieron el alta, Shariya, que se sentía muy sola, siempre recurría a Katrina en momentos de gran tensión con los niños.
La enfermera nunca se negó a apoyar a la joven mamá, e incluso hacía viajes a su casa para hacerle compañía, enseñarle y ayudarla a cuidar de los tres pequeños.
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Fue en uno de estos viajes cuando Katrina se sorprendió al ver que los tres bebés dormían en la misma cuna, ya que la joven no podía permitirse una cuna para cada uno, además de otras cosas de las que carecían.
Ante esta situación, el Departamento de Servicios Infantiles de Indiana decidió que los tres bebés debían ser dados en adopción, ya que la joven de 14 años no podía permitirse criarlos.
Pero Shariya no quería abandonar a sus hijos, sólo necesitaba el apoyo de un adulto cariñoso y responsable que la ayudara en su camino.
Fue entonces cuando la enfermera decidió ir más allá de sus obligaciones y de su amistad con la joven, sabiendo que no sería fácil separar a la madre de los bebés y que también sería un pecado separarlos.
“Sólo por ser enfermera, ya sabía que no había muchos hogares adoptivos que aceptaran a una madre adolescente con tres hijos… Y yo no quería que estuvieran separados, quería que estuvieran juntos”, dice Katrina.
Así que la enfermera decidió solicitar la adopción de la joven y sus trillizos. Esta ayuda fue crucial para que Shariya pudiera volver a la escuela y dar a los niños un futuro mejor.
“La gente solía decirme que no acabaría los estudios, que no alcanzaría mis metas, pero ahora me han aceptado en dos universidades con becas académicas”, afirma.
A veces la gente sólo necesita que alguien la mire con empatía y le dé una nueva oportunidad de seguir adelante.
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