A menudo animamos a la gente a hacer el bien a los demás siempre que tienen ocasión. Pero eso no significa que hacer el bien traiga buenas recompensas, y un joven chileno lo descubrió por las malas al quedarse parapléjico.
Erick Hormazábal es un joven de apenas 25 años que quiso intervenir cuando vio cómo un grupo de mujeres era atacado por unos asaltantes en el Parque Almagro de Santiago de Chile.
Cuando se dirigió hacia donde estaban las mujeres para defenderlas de los delincuentes, ocurrió algo inesperado. Uno de los bandidos disparó a Erick en el cuello.
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La herida era grave y el joven fue trasladado de urgencia al hospital. Pasó 15 días en cuidados intensivos, necesitó muchas transfusiones de sangre y, cuando despertó, supo que estaba parapléjico.
Recibir una noticia así después de hacer una buena acción no puede ser fácil, pero Erick pronto se dio cuenta de que podría haber sido peor, podría haberse quedado tetrapléjico, casi sin movimiento en el cuerpo.
Pero pensar que podría haber sido peor no resuelve esta situación. La vida del joven parapléjico tendrá grandes retos a partir de ahora, con mucha rehabilitación para intentar volver a caminar.
Ahora necesita atención médica, el apoyo de su familia y mucha fuerza de voluntad, que le sobra cuando piensa en la hija que tiene que criar y estar a su lado.
En declaraciones a Canal 13 de Chile, Erick dijo: “Todavía no tenía claro todo lo que había pasado y desperté después de tanto tiempo. Estaba muy cerca de la columna vertebral. Era peligroso”, dijo, refiriéndose a la ubicación del disparo en su cuerpo, que podría haber sido más grave de lo que fue.
Aunque el panorama trae preocupaciones, Erick sigue trabajando en su rehabilitación con la esperanza de volver a caminar.
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Según explicó la doctora Carola Sylva, del Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda, donde está siendo tratado Erick, “tuvo un accidente muy grave, y de todas maneras va a tener secuelas. Ingresa en este centro para recibir la máxima rehabilitación, que es más completa”.
La lección que debemos extraer de esta historia es que no siempre obtendremos lo que queremos de la vida tomando decisiones difíciles.
Hacer el bien no es garantía de alegría, pero debemos seguir aceptando los retos que nos impone la vida y utilizarlos para evolucionar e inspirar a otros necesitados.
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