En la mitología griega, Morfeo significa forma y es el dios de los sueños, hijo del dios del sueño (Hipnos).
Muchas personas padecen de cansancio excesivo durante el día, acompañado de sueño y fatiga constante. A esta sensación de cansancio se le conoce como somnolencia diurna o hipersomnia. Se caracteriza por sufrir episodios de sueño constantes e involuntarios. En otras palabras, la persona que sufre esta somnolencia tiene una gran dificultad para mantenerse despierta y alerta, llevándole a tener fatiga durante todo el día junto a la perdida de concentración y una disminución de los reflejos. Estos episodios de sueño durante el día se desarrollan de forma creciente durante un tiempo determinado y suelen tener sus picos más altos en situaciones que implican una baja estimulación (trabajando, leyendo, viendo la televisión o al conducir).
Hay personas que consiguen conciliar el sueño sin ninguna dificultad, sin embargo, al despertarse se sienten cansados y tienen sueño durante todo el día. ¿Qué ocurre?
El responsable de esto puede ser un trastorno del sueño muy común: la apnea del sueño, una de las principales causas de hipersomnia. El afectado, sin ser consciente de ello, sufre apneas o paradas respiratorias que interrumpen el sueño, haciendo que este sea de “mala calidad”. Esta es la explicación de por qué hay personas que aunque duerman lo suficiente, no descansan.
La Asociación Americana de los Trastornos del Sueño distingue tres niveles de intensidad de la somnolencia diurna:
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Hipersomnia leve: La sensación de sueño se presenta en situaciones monótonas o de semi-reposo: viendo la televisión, en clases teóricas o conferencias.
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Hipersomnia moderada: se presenta cuando la persona realiza actividades que requieren cierto nivel de atención e implicación.
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Hipersomnia severa: cualquier situación cotidiana se ve afectada por episodios de somnolencia intensa e incontrolable.
¿Por qué nos sentimos tan cansados durante el día?
En principio, la privación de sueño es la causa más frecuente de la somnolencia diurna excesiva, muy frecuente en el caso de los estudiantes o los trabajadores con rotación de turno u horario partido. Otros factores que nos causan cansancio durante el día pueden ser:
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Estrés mental en exceso: trabajar muchas horas, ponerse muchas metas o exigirse demasiado sin tomarnos un tiempo para descansar y desconectar nos pasa factura. Sin darnos cuenta, el estrés hace que nuestros músculos se tensen, causando agotamiento y pidiendo descanso a lo largo de las horas.
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Mala alimentación: tener una dieta de mala calidad, basada en alimentos grasos hace que con el tiempo, nuestro cuerpo se sienta agotado ante la falta de minerales y vitaminas. Beber poca agua también es determinante. Este factor puede ser aviso de una posible anemia.
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Factores emocionales: Nuestras emociones se terminan reflejando en nuestro cuerpo. Una mala experiencia o demasiados problemas emocionales que nos causan dolor hace que nos sintamos “apagados” y solo queramos dormir.
Sin embargo, hay veces que dormir las horas recomendadas no garantiza un buen descanso. Es en estos casos cuando la somnolencia diurna o hipersomnia se relaciona con otros trastornos del sueño que son más difíciles de percibir. Quienes lo padecen, no tienen problemas para dormir, pero el sueño no llega a ser reparador.
Narcolepsia, un estado de cansancio extremo
La narcolepsia es considerada el estado más grave de la hipersomnia. Se caracteriza por episodios de somnolencia incontrolada, ensoñaciones y debilidad muscular que se producen anormalmente durante la vigilia. En casos extremos, puede incluir ataques de sueño involuntarios que le sobrevienen al afectado provocándole cataplejía (el signo más distintivo de la narcolepsia).
La hipersomnia y la narcolepsia comparten síntomas, pero según la Asociación Americana del Sueño (ASA) la diferencia radica en que “quienes sufren hipersomnia pueden dormir sin dificultad e incluso mucho mejor que la mayoría de la gente”.
Como hemos visto, las personas con somnolencia tienen dificultad para levantarse por la mañana y se sienten desorientados durante el día. Entre sus síntomas se incluye la falta de energía, ansiedad, irritabilidad, pensamientos lentos y dificultad para memorizar, pérdida de concentración y falta de reflejos. Debido a esto, la somnolencia diurna está relacionada con la baja productividad laboral, afectando también a la vida social de quienes la sufren. Además, se calcula que entre el 15 y el 30% de los accidentes de tráfico están causados por este trastorno. Por ello, ante cualquier sospecha o síntoma de hipersomnia, es recomendable acudir al médico para que realice un diagnóstico.
Tratamiento contra la somnolencia o hipersomnia
El tratamiento de la somnolencia depende de la causa del trastorno del sueño. El tratamiento es sintomático. Se pueden prescribir estimulantes como anfetaminas, metilfenidato y modafinilo. Entre otras drogas para el tratamiento existen la levodopa, bromocriptina, antidepresivos e IMAOs. Los pacientes deben evitar así mismo consumos excesivos de café y alcohol.
Si se le diagnostica la apnea del sueño, el médico puede prescribir un tratamiento conocido como presión positiva continua (CPAP) para utilizar cuando se duerme. Con la CPAP, que use una máscara sobre la nariz que está conectado a una máquina que emite un flujo continuo de aire en las fosas nasales. La presión de aire que fluye por las ventanas de la nariz ayuda a mantener abiertas las vías respiratorias.
Si usted está tomando un medicamento que causa somnolencia, su médico puede sugerir el intentar otro fármaco en su lugar. También puede sugerir ciertas modificaciones de estilo de vida, como ir a la cama temprano para tratar de obtener más horas de sueño por la noche, la eliminación de consumo de alcohol y la cafeína.
Remedios caseros para combatir la somnolencia
1. Bañarse o realizar friegas en los brazos y piernas con agua fría especialmente en la mañana.
2. Consumir una cucharada de jalea real a diario.
3. Verter 1 cucharada de cola de caballo y otra de ajedrea en medio litro de agua. Hervir por 10 minutos. Dejar refrescar, colar y tomar a lo largo del día.
4. Consumir un aguacate al día. Esta es una fruta muy baja en azúcar (no llega al 2%), es rica en grasa vegetal insaturada, es decir, saludable (no aporta colesterol y, además, tiene un considerable poder saciante) y da mucha energía. Este remedio es especialmente recomendado en casos de personas con deficiencias nutricionales que sufren de somnolencia.
5. Comer un puñado de almendras, ya que contienen un 20% de proteínas, grasa vegetal buena, altas dosis de hierro, minerales, vitaminas del grupo B y fibra. Este remedio resulta ideal para las personas con anemia y somnolencia.
6. Ingerir pescado a diario, ya que es muy nutritivo y energético debido a la grasa que contiene. A la plancha o al horno es especialmente ligero y fácil de asimilar para los organismos que se están recuperando de una enfermedad, operación o somnolencia.
7. Consumir un vaso de horchata al día, porque a diferencia de un refresco común, no sólo aporta energía en forma de azúcares de rápida absorción sino que también incluye proteínas, magnesio, fósforo y pequeñas cantidades de grasa, básicamente insaturada.
8. Ingerir un puñado de dátiles diarios dan energía en forma de azúcar y aportan fibra, magnesio, hierro, calcio y litio.
9. Consumir un batido o licuado que contenga plátano (banana) y yogurt, ambos alimentos no sólo aportan nutrientes sino que tienen triptófano que ayuda a tener un sueño reparador combatiendo así la somnolencia causada por el trastorno.
10. Beber un poco de vinagre de sidra de manzana o ingerir un trozo de azúcar mojado en vinagre también puede ayudar con el exceso de somníferos.
Puedes consultar más consejos para combatir la somnolencia en el siguiente vídeo:
