Si hay una cosa que ha puesto en evidencia, más que nunca, la pandemia actual, es la desigualdad que hay en términos económicos entre la gente. Algunas personas tienen la oportunidad de hacer teletrabajo, lo que ha evitado que tengan que salir de casa durante el confinamiento. Otros afortunados, aunque tengan que desplazarse a sus empleos, no lo han perdido. Sin embargo, hay personas que se ven obligadas a incumplir las medidas de cuarentena, para salir a la calle a trabajar y conseguir traer dinero a casa. Un buen ejemplo es un señor colombiano que se gana la vida durante la cuarentena con tapetes de trapo.
Un señor se gana la vida durante la cuarentena con tapetes de trapo
Detrás de casa persona hay una historia. Por ello, no se puede juzgar a nadie sin antes saber qué es lo que le ha ocurrido. Al igual que le ocurre a Ana María, una mujer de 88 años de El Salvador que se ve obligada a salir a vender sus cestos de plástico porque sino no tiene para comer, en la Neiva, una ciudad colombiana, un hombre se gana la vida durante la cuarentena con tapetes de trapo.
En el caso de José Javier Fernández, a sus 53 años recorre en su silla de ruedas las calles de la localidad buscando estopa y retazos de telas para, posteriormente, vender los tapetes de trapo que fabrica. De esta forma, ayuda a su hermana y cuñado, con los que convive, a sobrevivir.
En palabras recogidas por La nación, Deyanira Fernández, la hermana de José Javier, comentó que ella es “la única familia que él tiene desde que mi mamá falleció hace cuatro años y desde entonces yo lo cuido. Él hace sus tapetes de trapo y los ofrece. Una tía que vivía en Armenia le enseñó a hacerlos hace muchos años y desde entonces él los fabrica.
La elaboración de los tapetes
Para crear los tapetes, José Javier Fernández utiliza estopas o costales que le dan de manera gratuita en las panaderías. “Las modistas lo conocen y le guardan los pedazos de tela o la gente ya lo conoce a él y se los trae, pero él también sale a buscar la estopa, debe ser suave, no muy gruesa para que no se le parta la aguja. Él sabe diferenciar muy bien cuál es la que necesita, él se la rebusca”, explicó Deyanira.
Asimismo, la hermana del hombre de 53 años ha contado que este estuvo un tiempo sin poder confeccionar los tapetes, dado que la aguja especial que precisa para montaros se le partió, y por causa del confinamiento había sido imposible conseguir una nueva. “Casi no la encontramos, todo estaba cerrado”, lo que le impidió hacer los tapetes de trapo durante dos meses. Sin embargo, finalmente consiguieron una.
Jose Javier afirmó estar muy feliz “de tener mi nueva silla de ruedas para poder salir a buscar las cosas para hacer mis tapetes. Estoy muy contento. Gracias a Dios hay personas que me ayudan”.
En la actualidad, debido a los problemas de visión que tiene consigue hace dos tapetes de trapo por semana, como máximo. Este los vende por encargo a un precio de 5.000 pesos.
Para finalizar, en el siguiente vídeo puedes ver unas creativas ideas sobre cómo hacer tapetes de trapitos.

