La historia de humildad y resistencia de este niño ha tocando el corazón de todo Brasil. De una familia humilde, necesita trabajar por la tarde para complementar los ingresos. Mientras tanto, los otros que salen del colegio van a jugar a la pelota o estudiar. Una dura realidad, pero presente en la vida cotidiana de muchos jóvenes y niños brasileros.
Todos los días, llueva o truene, Adão agarra su caja de espuma de poliestireno, la pone en su bicicleta y va a vender helados. Pasa por las empresas y también vende en la calle, a los que pasan, ayudando así a sus padres y hermanos. Es una situación dura, no ideal, pero que lo hace cada vez más un hombre digno. Pero conoce lo injusto que le pasó.
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Un niño trabajador es humillado
Adão es un pequeño guerrero que, a la edad de 14 años, busca ayudar a su familia vendiendo helados en la ciudad. Cuando sale de la escuela, se va a casa y ya se está preparando para pasar la tarde ofreciendo su producto. Un trabajo honesto y agotador, proveniente de un joven que debería estar estudiando, haciendo deporte u otras actividades relevantes para su edad.
Pero, cuando el equipo de patrulla de motocicletas de Águia, del 37° batallón se enteró de lo ocurrido, fue a la casa del niño para rendirle un homenaje y mostrarle su apoyo. Mira lo que uno de los policías le dijo a Adão: “vinimos aquí solo para brindarte apoyo y no dejar que lo que le sucedió te afecte, para que sepa que eres nuestro amigo y que si lo necesitas, puedes contar con nosotros”.
El niño empezó a llorar, conmovido por la actitud de los policías. Ellos lo llamaron héroe, un ejemplo para sus hermanos. Y el otro oficial de policía agregó: “y ten la seguridad que habrá justicia para los que te hicieron eso, por lo que nunca lo volverán a hacer”. Finalizaron diciéndole que tendrán que disculparse con Adão, porque estaba trabajando y ellos no actuaron bien.
Mira el video de este emocionante momento y cómo el niño se conmovió y no supo cómo actuar, ante el apoyo y el cariño de los policías.
Por más niños trabajadores como Adão y mejores oportunidades para los padres, para que los niños ya no necesiten trabajar. Y, claro, por más policías como los del equipo de Águia, que apoyan y protegen a los ciudadanos.

