mutismo selectivo
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Mutismo selectivo: qué es, causas y qué hacer

Esta fobia puede desencadenar ataques de ansiedad y bloqueo en quien lo padece

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El mutismo selectivo es un trastorno que provoca ansiedad e impide que las personas hablen en determinadas situaciones. Por lo general, este problema afecta más en la niñez, aunque hay personas que en la edad adulta también lo padecen. Cabe destacar que la patología también es conocida como fobia a hablar.

Causas del mutismo selectivo

Las personas que sufren mutismo selectivo hablan con normalidad en ambientes en los que se sienten confortables y están relajados. No obstante, ante contextos que los agobian, las palabras no le salen. Descubre cuáles son las causas de este trastorno.

Problemas psicológicos

Los problemas psicológicos, en concreto la ansiedad, es la causante principal del mutismo selectivo. El agobio se produce por el temor a que juzguen sus palabras y al sentirse presionado y evaluado. Por lo general, los especialistas suelen comparar este miedo con la fobia social.

Influencia familiar

Los niños que tienen familiares que sufren o han padecido este problema, tienen más posibilidades a desarrollarlos.

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Timidez extrema

Una personalidad introvertida también puede ser la causante de este tipo de timidez, especialmente cuando se fuerza al individuo a que hable y se comunique en entornos en los que no está a gusto. Eso sí, esto no significa que las personas tímidas por regla sufran este problema.

Qué hacer

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Una vez identificado el problema en el menor, se le debe apoyar y ayudar para que supere su miedo. En este momento, el entorno juega un papel muy importante.

Para empezar, no hay que criticar ni ridiculizar el hecho de que el pequeño no consiga expresarse en determinadas ocasiones. En el caso de hacerlo, la autoestima irá a peor y el nene se bloqueará aún más.

En contrapartida, destacar sus puntos buenos, valorar los esfuerzos y logros que está realizando y ayudarle a que se socialice de distintas maneras será lo ideal. Una buena opción en este caso puede ser apuntar al chico a clases de teatro.

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La ayuda de un profesional y el acompañamiento del tratamiento también es fundamental.

Una de las tácticas que serán de gran utilidad es el automoldeamiento filmado y trucado. Este método consiste en grabar a la persona que padece mutismo selectivo en un ambiente en el que sí que consigue hablar. Después se modifica el vídeo para similar que está charlando con otras personas. Al principio se le mostrarán preguntas que se puedan responder con monosílabos para luego ir incrementando las conversaciones.

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Historias de mutismo selectivo

La mejor manera de conocer la patología es con casos reales. Por suerte, algunos de los individuos consiguieron superar sus miedos después de años de padecimiento.

Helen Keen sólo pudo superar su trastorno con más de 20 años. Esta decidió apuntarse a clases de interpretación. Aunque los primeros días, a pesar de aprenderse de memoria su texto, no fue capaz ni de decir su nombre, pasadas unas clases pudo recitarlas. De hecho, cuenta que “sustituir las palabras de otros por las mías propias me ayudó a superar la ansiedad porque sentía que no estaba revelando nada de mí misma”.

Red Elizabeth Jolley tiene hoy 19 años y también padeció mutismo selectivo. A los 11 años, un “ok” fue el inicio de su curación. Esta estaba en una jornada de puestas abiertas de su colegio cuando una maestra la convidó a jugar con futuros alumnos y a lo que ella se encogió de hombros y respondió diciendo “ok”. Sus padres, quien presenciaron al escena, se miraron orgullosos y al llegar a casa su madre alabó en Facebook el avance de su hija.

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En la actualidad, Red ya cursa la universidad y, aunque habla con un tono de voz bajo, lo hace de manera segura y con confianza en sí misma.

La cara de la moneda de los casos anteriores es el de Sabrina. Esta británica de 35 años no ha conseguido superar su mutismo selectivo. Una de las fallas del sistema sanitario de su país es que, llegados a cierta edad, dejan de recibir apoyo médico. A partir de 2011, ya no recibe la atención médica psicológica de la que se benefició durante 3 años. De hecho, fue dada de alta y aunque vive independiente, continúa con este problema. El mismo hace que sea muy difícil que encuentre un trabajo.

Consejo final:

Si sospechas o te das cuenta que un niño o un adulto padece de esta patología, intenta calmarlo y ayudarlo a que lo supere. Para ello, busca ayuda médica y nunca lo agobies e increpes diciéndole que es hora de que hable cuando sufre el ataque de ansiedad. La paciencia, el refuerzo positivo y el apoyo serán de gran ayuda para él.

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Para finalizar, no te pierdas el siguiente vídeo para tener más información sobre esta patología.

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