Un caso que sorprende aún en el siglo XXI y que todavía está bajo investigación por detalles, pero ciertamente ha salvado dos vidas es el de una mujer que sobrevivió enclaustrada durante 20 años y otra que era atendida por ella. La policía descubrió el crimen por casualidad mientras investigaba un caso de estelionato.
Hoy con 63 años, Iva da Silva de Souza dejó a su familia a la edad de 16 años para trabajar en casas familiares. Su intención era ayudar a alimentar a sus 9 hermanos apoyando a sus padres, que vivían en la zona rural de Paraná, Brasil. Y por un tiempo funcionó. Ella trabajaba para una familia. Todo iba bien y enviaba dinero a la familia siempre que le era posible.
Pero un día su jefe murió y su esposa ya estaba debilitada de salud. Quien se hizo cargo de la casa fue la hija de la pareja, Marina Okido. Las cosas comenzaron a ponerse diferentes. Esta era agresiva, no permitía que Iva se comunicara con su familia y, con el tiempo, se mudó e hizo que Iva perdiese su libertad.
Mujer de 63 años vivía en situación de esclavitud
Fueron 20 años los que Iva vivió en una situación análoga a la esclavitud, sin recibir un salario, sin contacto con el mundo, siendo agredida física y verbalmente, y cuidando a otra dama en silla de ruedas. Vivían solas, encerrados en una casa sin comida, donde recibían una visita diaria de Marina Okido o su esposo, Ecio Pilli Junior.
Ellos son cómplices de varios delitos, ambos cometidos con Iva y el de estelionato, usando el nombre de la víctima. Con un poder notarial, abrieron cuentas a nombre de Iva y emitieron cheques sin fondos en toda la ciudad. La policía está investigando si hay otros delitos relacionados con la mujer rescatada.
Fue exactamente el estelionato quien salvó a la anciana de la situación de privacidad de libertad que vivía. Buscando a la pareja que estaba aplicando el golpe de cheque sin fondos a las empresas locales, llegaron a la casa donde estaban las mujeres mayores. Según la policía, llamaron y nadie respondió, por lo que saltaron el muro y encontraron a Iva en total descontrol emocional.
Estaba muy agitada diciendo: “¡Necesitáis saber lo que está pasando, ayúdenme!” Cuando derribaron la puerta, encontraron a las señoras muy delgadas y debilitadas en una casa sin comida ni estructura. De acuerdo los registros policiales, “la víctima tenía un comportamiento psicológicamente alterado y a menudo era culpable de esa situación”.
El trabajador social que acompañó el caso dijo que era una situación arriesgada con un gran aislamiento social. Asimismo, el psicológico estaba pasmado porque, además de sentirse culpable, la señora ya encontraba normal la situación de aislamiento. Ella no conocía a ningún vecino y no había hablado con su familia en décadas.
Su familia presentó un boletín en 1996, pero nunca obtuvo resultados. Luego gastaron dinero de sus propios bolsillos para tratar de encontrar a Iva, pero fue en vano. La madre de la anciana, por otro lado, siempre creyó que su hija estaba viva.
Ahora Iva está en un refugio para ancianos. La señora de 88 años a la que cuidaba fue ingresada en un hospital local. Al enterarse de la noticia, su hermana, Odete da Silva Souza, dejó Araraquara, en el interior de São Paulo, para encontrar a Iva. Dijo que su hermana la recibió con los brazos abiertos cuando entró en la habitación que la estaba esperando.
Odete narra la reunión, después de décadas sin contacto, con mucha emoción. Según las palabras de la hermana de la víctima, “ahora sabemos que está bien. Ahora puedo decir: “Mamá, mi hermana está allí”. Ya no tenía muchas esperanzas de encontrar a su hija otra vez, y se alegrará cuando pueda volver a verla de nuevo.
La pareja criminal está bajo arresto y responderá por estelionato, secuestro, tortura y encarcelamiento privado. Iva todavía está en el refugio mientras se somete a un seguimiento médico y psicológico antes de irse. Después, estará con un miembro de la familia, que será definido por la familia y por la misma Iva. La anciana a la que cuidaba será dada de alta y enviada a la casa familiar.
