Que la fruta es un alimento muy bueno para la salud es un hecho. Es por eso que siempre debería estar presente en una dieta balanceada y equilibrada. El dilema de este producto se da cuando algunas personas no consiguen comer la fruta con piel. Según ciertas teorías, la mayor parte de fibra y nutrientes están en la piel, pero, ¿es eso cierto?
No es necesario comer la fruta con piel

En palabras del científico, “nuestra historia gastronómica y cultural ha puesto cada fruta en su sitio y contexto. Por ello, no hay razón nutricional para hacer esos sacrificios. La piel de las frutas, a veces, puede aumentar el contenido en fibra y polifenoles. Empero, esas sustancias también están en la matriz. No es necesario comerse ni tallos de plantas ni la piel de la fruta para aumentar el consumo de nutrientes”.
En el caso de que te guste y/o prefieras ingerir las semillas, Moñino avisa que “algunos huesos y pepitas de frutas pueden tener derivados del cianuro. Por ejemplo, las pepitas de las manzanas o las semillas de los huesos de albaricoques y melocotones pueden suponer problemas de salud graves si se ingieren habitualmente y en cantidad”.
La cáscara de la fruta
La teoría del Moñino, expuesta en El País de que no es necesario comer la fruta con piel, está reforzada con una investigación del Departamento de Consumo y Nutrición de Sacramento, en California, Estados Unidos. Este estudio dice que la piel no es tan determinante como se cree. Asimismo, revela que aún se deben realizar más análisis para verificar si los beneficios de consumir la fruta sin o con piel son diferentes.
Se debe tener en cuenta que en la piel sólo hay una pequeña porción de fibra. En lo que respecta a los nutrientes, estos se localizan en la fruta en sí.
Por lo tanto, si eres de esos a los que no le gusta comer la fruta con piel, no es necesario que lo pases mal por intentar tragártela. Lo mejor es que la consumas de la forma que más te agrade a ti.
Para finalizar, en el siguiente vídeo podrás conocer los beneficios de la fruta para el organismo.

