Incluso cuando no hay misa ni cultos, las iglesias deben seguir abriendo sus puertas para servir a sus fieles. Con esto en mente, dos iglesias, en San Francisco, Estados Unidos, se pusieron a disposición para recibir por la noche a personas que viven en la calle.
A la cabeza de esta idea están los activistas comunitarios Shelly Roder y el padre Louis Vitale, quienes crearon el Proyecto Gubbio para ofrecer refugio a todas las personas sin hogar que necesitan un lugar seguro para dormir.
Todos los meses, el proyecto entrega mantas a las personas, así como kits de higiene y víveres todas las semanas para que puedan mantenerse limpias y más cómodas, a pesar de no tener una casa permanente.
La intención del Proyecto Gubbio es ofrecer un ambiente limpio, seguro y lindo para estas personas, además de abrir los ojos a los fieles con buen estado económico, acercando a la comunidad sin permitir que la desigualdad social interfiera en esta convivencia.
Al final de cuentas, con o sin techo para vivir, todo el mundo tiene derecho a ser respetado y ser y formar parte de la comunidad.
En el Proyecto Gubbio, todas las personas necesitadas son bienvenidas. Ellos no hacen preguntas ni registros, simplemente tratan a todos por igual y con la mayor dignidad posible. Todos son bienvenidos y allí pueden solucionar uno de los grandes problemas de los que viven en la calle: dormir bien, sin miedo a los ataques durante la noche.
Cuando hay misa, las personas sin casa no son expulsadas de la iglesia, al contrario. La misa se lleva a cabo en los asientos delanteros, mientras que las personas sin hogar ocupan los asientos traseros. La idea es precisamente hacer un impacto en la comunidad que llega a la iglesia y que vea la realidad de la vida de tantos otros ciudadanos.
