Fueron utilizados tanto para la salud como en el proceso de momificación de los faraones, después de su muerte. Para los egipcios, la hoja de olivo era también el espejo del poder divino. Además de su influencia en el pueblo egipcio, también en la Biblia hay referencias a este árbol.
El olivo es el árbol que da las aceitunas que se colocan en ensaladas, pizzas y pastas. Las aceitunas se pueden transformar en aceite de oliva, que es un producto que se puede conservar hasta por 2.000 años.
Son muchos estudios que defienden sus beneficios. Entre ellos, se destacan el aumento en los niveles de energía del organismo, la lucha contra la diabetes y el síndrome de Alzheimer, el mantenimiento de la presión arterial y la ayuda para el correcto funcionamiento del sistema cardiovascular e inmunológico.

El extracto de hoja de olivo, debido a sus propiedades antivirales, antibacterianas y antifúngicas, puede usarse para prevenir y combatir la meningitis, la gripe, la candidiasis, la encefalitis, la hepatitis B, el herpes, el dengue, la neumonía, la tuberculosis, la malaria, la diarrea, la gonorrea y otros tipos de infecciones en áreas como el tracto urinario, en los dientes, en los oídos, entre otros. Incluso en la lucha contra el SIDA, este extracto es útil.
La mejor manera de consumir la hoja de olivo es haciendo un té. Se aconseja que tomes hasta 4 tazas al día, en un período que no exceda los 4 meses. Combinando el consumo de este té con una dieta saludable y actividad física regular, puedes llegar a perder hasta 6 kilos.
¿Cómo hacer té de hoja de olivo?
2. Después de que hierva el agua, añade 2 cucharadas de hojas de olivo.
3. Tapa la olla y reserva durante 20 minutos.
4. Cuela el agua y el té estará listo para tomarlo.
En caso de duda, encontrarás fácilmente la hoja de olivo en grandes mercados o en tiendas especializadas de productos naturales.

