El dolor de perder a un hijo se considera lo peor que puede sentir un ser humano. Cuando se debe a un accidente doméstico, entonces, muchos padres se culpan por no poder evitarlo. Este es el tipo de dolor que no se cura, solo hace que el corazón acepte la ausencia para continuar viviendo.
La historia que ahora conocerás le pasó a la pequeña Stephanie, de 4 años. El 23 de noviembre, estaba comiendo, y cuando se levantó de la mesa con un plato de vidrio, perdió el equilibrio y cayó sobre el plato. El vaso cortó la garganta de la niña. La llevaron de urgencia al hospital, pero no se pudo hacer nada.
La madre de la niña, Rosiete Arruda Meireles, de 30 años, dijo que la garganta de su hija sangraba mucho, que corrieron al hospital, pero no hubo tiempo. El informe de defunción indica que hubo una herida profunda por contusión en la región cervical debido a la presión en un vaso sanguíneo, además de hemorragia extensa y paro cardiorrespiratorio.
Estuvieron alrededor de 55 minutos tratando de revivir a Stephanie, pero los médicos no pudieron hacer nada más. La madre también dijo que la niña nunca había tenido un accidente doméstico. Ahora, el momento es de mucho dolor:
“El dolor es horrible, el cual no se lo deseo a nadie. El recuerdo que siempre guardaré de ella es la hora en que ella despertaba, me abrazó y me decía que todavía no quería ducharse porque aquí en el campo hace mucho frío. Voy a extrañarla mucho, porque ella siempre dormía conmigo. Ahora me despierto y ella no está a mi lado. ¡Este momento ha sido muy difícil para todos nosotros! Era una niña saludable, no se quejaba de nada. ¡Mi hija era muy inteligente!”
Cuidados con los objetos de vidrio afilados o puntiagudos
Si bien es importante dejar que los niños aprendan a manejar todos los objetos en la cocina para desarrollar su independencia, es preciso tener cuidado.
Es posible que los niños pequeños no tengan fuerza y equilibrio en todo momento. Por eso, los objetos peligrosos deben mantenerse fuera de su alcance, como es el caso de los cuchillos puntiagudos y el vidrio.
Los padres deben vigilar siempre a los pequeños cuando manipulen objetos que puedan suponer un riesgo y saber actuar en caso de accidente doméstico.
