Desde hace muchos años se tiene la idea de que los perros y los gatos no se llevan bien. Es más, existe un dicho que es: “llevarse como el perro y el gato”, y lo que viene a decir es que dos personas no tienen buena relación. Pero esto no es siempre así. Un ejemplo evidente es la siguiente historia. Un gato callejero abraza al cachorro de la familia e insiste en ser su mejor amigo.
Gato callejero abraza al cachorro de la familia e insiste en ser su mejor amigo
Por desgracia, existen muchos perros y gatos sin hogar. Aunque hay albergues o refugios en los que personas cuidan de los animales con mucho cariño, estos no son suficientes para atender a tantos felinos ni caninos.
Es debido a un minino que habita en las calles de Denver, en Colorado, Estados Unidos, que se ha podido conocer y crear una bonita historia de amistad entre dos animales. Resulta que el gato callejero abraza al cachorro de la familia e insiste en ser su mejor amigo.
Lo más curioso de todo es que el señor que encontró al felino abrazando al cachorro, le tiene alergia a los gatos. No obstante, lo quiso ayudar y lo llevó a la casa de Kēnya, su peluquera canina hasta que le encontraban un hogar.
Kēnya en seguida buscó un sitio adecuado para el animal en su tienda y empezó a ponerse en contacto con diferentes refugios y a preguntarle a los vecinos si alguien había perdido a un minino. Sin embargo, después de varias horas, cayó en la cuenta que nadie reclamó al animalito y que se trataba de un gato callejero.
En palabras de la peluquera canina a Love Meow, esta confesó que el gatito “Tampoco tenía collar ni microchip, así que lo llevé a casa esa noche”.
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La intención inicial
En un principio, el objetivo era darle un hogar al animal, hasta que obtuvieran la ayuda de un albergue. Sin embargo, al situación cambió cuando el felino se acurrucó en sus manos. Todos quedaron prendados de este, especialmente Edward, el perro al que el gato había abrazado. El can fue el que más muestras de cariño le dio.
La propia Kēnya dijo que “Actuaron como si fueran hermanos perdidos hace mucho tiempo”. Desde que se conocieron, el minino decidió que el perro sería su mejor amigo. En la actualidad, lo sigue allá donde va, además de que se abrazan a cada rato.
Debido a la unión que se creó entre los dos animales, no tuvieron coraje de llevar al gato callejero a un refugio. Tras unos días sin que nadie lo reclamase, Popsicle, que así es como se llama ahora, pasó a tener una familia ya que lo adoptaron. Para él, lo más importante es su mejor e inseparable amigo Edward.
En la actualidad, cuando Popsicle oye que van a sacar a pasear a su amigo, este corre velozmente hacia la puerta para que lo saquen a él también, y así poder abrazarlo y pasar tiempo juntos.
El amor que han creado estos dos animales es tan divino y leal, que es digno de que todo el mundo se haga eco de él.
Para finalizar, en el siguiente vídeo puedes ver cómo presentar a un perro y a un gato.
