Los datos indican que cerca del 3% de las niñas brasileñas tuvieron o tendrán sinequias vaginales, mejor conocida como fimosis femenina. A diferencia del hombre, no hay mucha información sobre el tema, por lo que no es tan fácil de diagnosticar.
La fimosis femenina, generalmente, aparece después de los 6 meses y hasta los 2 años de edad, pero también puede ser anterior. Si se detecta, debe tratarse hasta la edad de 10 años, con control médico, hasta que los niveles hormonales de la niña se equilibren.
Qué es la fimosis femenina
De acuerdo con la Federação das APAES do Estado de São Paulo (FEAPAES), “la sinequia es la adherencia de los tejidos entre sí. La sinequia de los labios pequeños es el resultado de la fusión de los bordes internos de los labios pequeños entre sí, una situación que puede ocurrir en niñas antes de la pubertad”.
En otras palabras, la fimosis femenina ocurre cuando los pequeños labios del bebé, aquellos más íntimos, terminan “pegándose” uno al otro. De esta manera, hay poco espacio para que la orina escape, causando varios problemas, como infección y secreción del tracto urinario.
La fimosis puede ser parcial o casi total pero, por lo general, solo se pega el 30% al 50% del área, todavía tiene una abertura para que la orina escape. En cualquier caso, incluso en los casos más graves, todavía hay espacio para la eliminación de orina.
Causas
Según la FEAPAES, “la inflamación o la falta de higiene local contribuyen a la pérdida del epitelio de la mucosa superficial y, durante el proceso de nueva epitelización, ocurre la formación de adherencias fibrosas en la línea media que” se adhieren “a los labios pequeños”.
En otras palabras, una de las causas es el proceso de cicatrización de la región, después de una erupción más severa, cuando el labio pequeño pierde la capa superficial. Esto hace que termine pegándose, generando una imagen de fimosis femenina.
Otra posible causa es la deficiencia de estrógenos en el organismo de la niña, lo que hace que la niña sea más vulnerable a una mala cicatrización en el sitio. Además, la dermatitis del pañal puede desencadenar el proceso, produciendo pequeñas heridas que comienzan la fimosis.
También puede ser desencadenada por la formación de la región. Cuanto más internos son los pequeños labios de la niña, mayores son las posibilidades de desarrollar la afección. Este es otro motivo que contribuye a la aparición en los primeros años de vida, además del bajo nivel de estrógenos.
Cómo identificarla
Esta enfermedad no tiene síntomas específicos. Siendo así, es muy difícil de diagnosticar sin un examen médico. Por eso, es esencial que el bebé sea llevado al pediatra, incluso cuando sea mayor. Recuerda que la enfermedad puede manifestarse hasta los 10 años de edad.
Se puede percibir en el examen médico o durante la higiene de los bebés, pero es más difícil ser percibido en los más grandes, ya que ellos mismos se encargan de limpiar la zona. Una de las señales de que algo puede estar sucediendo es la aparición de infecciones urinarias o vaginitis.
Pero no te preocupes ya que esto no influye en la fertilidad o el desarrollo de la región sexual, ya que no tiene consecuencias para la vida adulta, cuando se trata. El tratamiento suele ser simple y debe realizarse en colaboración con los cuidadores y los pediatras.
Cómo tratarla
El tratamiento se realiza con la aplicación de una pomada local a base de estrógenos, siguiendo las recomendaciones del pediatra. La cantidad que se debe utilizar por día, cómo hacer la limpieza antes de aplicarla e la forma de aplicación también deben ser dichas por el doctor.
Si hay mucha inflamación en la zona, un corticosteroide también se puede usar localmente para ayudar a sanar, usando la pomada de estrógenos nuevamente más tarde. Con el tiempo, los labios pequeños se desprenderán de forma natural y siempre deben acompañar, hasta los 10 años.
Tan pronto como salgan los labios pequeños, los cuidadores deben seguir usando la pomada por el tiempo recomendado por el pediatra. Asimismo, en los primeros días después del desprendimiento, se debe usar vaselina líquida para evitar que se pegue nuevamente, mientras cicatriza.
Sea como fuere, es esencial llevar al bebé al especialista con frecuencia, para evitar este y otros tipos de problemas. Muchos tienen síntomas leves o moderados, cuando los padres a menudo ni siquiera se dan cuenta. La asociación entre padres y pediatras es vital para la salud integral de los pequeños.
