comidas grasosas
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¿Por qué son tan adictivas las comidas grasosas?

Aprende cómo acabar con este vicio tan nocivo para la salud

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¡Reconócelo! Una vez que abres un paquete de galletas o de patatas fritas no puedes comerte sólo una. Este tipo de comidas grasosas son muy adictivas y por mucho que quieras parar, hasta que no has acabado con la bolsa no dejas de masticar. De hecho, en ocasiones quieres seguir comiendo. Pero, ¿te has planteado a qué se debe dicha gula?

¿Por qué las comidas calóricas y grasosas son tan adictivas?

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Resistirse a las comidas grasosas es casi imposible. Evitar ingerirlas va más allá de la fuerza de voluntad que uno tenga. Tanto las tartas, galletas, chocolates o patatas fritas, entre otras, están elaboradas con productos que las hacen irresistibles para que las consumas sin parar.

Seguro que, en alguna ocasión, has pensado que por qué no tienes antojo de comer lechuga o algún alimento saludable. Debes saber que existe una explicación para que eso no pase. En la antigüedad, los ancestros cavernícolas precisaban de grasas, sal y azúcar para subsistir. Esto hizo que evolucionaran para tener el anhelo de ingerir alimentos de este tipo. Dado que estos eran limitados, los ancestros no tenían muchas ganas de ellos. Cabe destacar que la parte del cerebro que regula las ganas es de las últimas en evolucionar. Por tanto, es más sencillo que la región primitiva de los antojos sea suprimida.

Con los cambios en el mundo y la industria alimentaria de los últimos 200 años, las compañías empezaron a fabricar productos que contienen grandes cantidades de sal, azúcar y grasa. Esto hizo que el organismo no pudiese adaptarse e inhibir la comida basura. Dicha situación se debe a que ésta estimula el área de recompensa del cerebro. Cabe destacar que esta zona es la misma donde actúan sustancias nocivas como el alcohol o las drogas. Al comer azúcar se produce en el cerebro una liberación de dopomina, es decir, la hormona de la felicidad.

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Debes saber que las multinacionales desembolsan grandes cantidades de dinero para poder incidir en la dopomina a través de sus comidas grasosas. Las mismas, aunque aportan felicidad, no sacian. También es bueno saber que si las comes todos los días, llegará un momento en el que tengas que consumir cada vez más para conseguir la dopomina.

¿Cómo acabar con el vicio de las comidas grasosas?

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Querer es poder. Aunque cueste y sea difícil, con empeño se puede acabar con el vicio de las comidas grasosas.

Reduce el azúcar de tu dieta

En primer lugar, debes hacer hincapié en acabar con la pelea cuerpo a cuerpo frente a tus antojos y tu voluntad. Para ello, debes empezar con pequeños pasos que te ayudarán a alcanzar la victoria. Por tanto, en vez de intentar resistirte a una bolsa de patatas, por ejemplo, comienza a eliminar el azúcar de tu dieta. Lee siempre el etiquetado de los productos y ten mucho cuidado con los que ponen ‘light’ o ‘sin azúcares añadidos’. Estos suelen contener otro tipo de edulcorantes que pueden llegar a ser peor que el propio azúcar en sí.

Conoce aquí los riesgos de los refrescos light.

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Incluye nuevos sabores en tu régimen

Integra en tu dieta alimentos que no sean procesados y que tengan sabor amargo, unami o agrio. Estos, a diferencia de los productos ricos en sal y azúcar, te llenarán más. Una buena manera de incorporarlos a tu alimentación es sazonando las comidas con ellos.

Controla las porciones que comes

Si tomas comidas grasosas, es importante que no comas grandes cantidades de las mismas. Una ayuda es, en vez de adquirir un paquete grande, decantarse por el pequeño ya que sólo pararás de comer cuando hayas acabado con todo. Otra alternativa es separar la porción que vas a ingerir antes de empezar a comer. Así evitarás devorar todo.

Para finalizar, en el próximo vídeo puedes descubrir cuáles son las 6 comidas más calóricas o grasosas que deberías evitar.

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