La vida no suele ser fácil, incluso para aquellos que luchan con uñas y dientes. Un claro ejemplo es el caso de Edmilson Antonio, un cobrado de autobuses que habla 10 idiomas diferentes y siempre ha luchado mucho. Incluso sin oportunidades de trabajo en su campo de formación, el cobrador continúa estudiando y sueña con un trabajo en el consulado.
Conoce a Edmilson
A los 44 años, Edmilson vive en Petrópolis, Río de Janeiro, Brasil. Ganó notoriedad en las redes sociales gracias a su amiga Barbara Costa, de 26 años. Ella decidió publicar en su Facebook sus increíbles habilidades lingüísticas y la historia de su vida. La publicación también es una crítica al mercado laboral, por la falta de oportunidades para un hombre con educación superior, cualificado y capacitado y con ganas de trabajar.
La esperanza de Barbara es que la publicación ayude a Edmilson a conseguir un trabajo que cumpla con sus habilidades, con la esperanza de atraer la atención de la industria para el cobrador de autobuses. Barbara, analista de comercio electrónico, está utilizando toda su experiencia en redes sociales y marketing digital para darle visibilidad a Edmilson y ya ha conseguido que más de 2.000 personas compartan su publicación.
Edmilson comenzó a trabajar muy pronto, a tan solo 8 años vendiendo dulces en la calle, y nunca paró. A los 14 años, repartió folletos para ayudar con los ingresos familiares. Pero incluso trabajando desde temprana edad, nunca dejó de lado sus estudios.
Después de terminar la escuela secundaria, Edmilson comenzó a estudiar inglés, y a los 21 años dominaba el idioma. Según él, su pasión por los idiomas extranjeros proviene de la infancia y durante las clases hizo todo lo posible para aprovecharlas al máximo. Si recibiera una calificación inferior al 9 en un examen, se enfadaba consigo mismo.
Aún con 21 años, Edmilson estudió japonés en clases gratuitas y se dedicó a ser el mejor en una clase con 200 alumnos. Cuando terminó el curso, el cobrador de autobús recibió una beca para continuar estudiando japonés. Su talento y dedicación fueron reconocidos por su profesora, quien lo llevó a un concurso de oratoria en la ciudad de Río de Janeiro. Este acabó en el segundo puesto en la competición.
En el año 2008, el cobrador participó en otro concurso de oratoria japonesa, en el que los 3 primeros irían a Japón para representar a Brasil. Este acabó cuarto, pero como el primer y segundo fueron descalificados, Edmilson viajó a Japón.
Después de regresar de la tierra del sol naciente, Edmilson trabajó como conserje en la Universidad Católica de Petrópolis. Y como siempre los estudios le han interesado, hizo una entrevista calificada y ganó una beca para estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad. Edmilson concilió las aulas, con su trabajo y aún dando clases particulares de japonés.
Con el diploma en las manos, Edmilson realizó el sueño de graduarse de la Universidad. Pero sus esfuerzos para conseguir un trabajo en el área no fueron suficientes. Con su esposa e hija en casa, no podía estar sin trabajo, por lo que se convirtió nuevamente en cobrador de autobuses.
Pero el sueño no ha terminado para el políglota. La repercusión de la publicación de Barbara le valió a Edmilson una beca en una escuela francesa. Y ahora se está preparando para licitar y cumplir su mayor sueño, trabajar en un consulado.
