cansancio mental
Crédito de la imagen: Dicasonline

El cansancio mental es tan agotador como el físico: aprenda a identificarlo

¿Cómo darte cuenta que la mente está cansada y qué hacer para mejorarla?

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El cansancio suele estar relacionado con lo físico, cuando trabajas mucho o haces mucho ejercicio. Pero la fatiga o cansancio mental existe y es igualmente exhausta. Quienes trabajan “pensando demasiado”, resolviendo problemas y lidiando con situaciones estresantes, aunque estén sentados todo el día, tienen la mente cansada y esto se refleja en su disposición y calidad de vida.

Es más, el cerebro se cansa incluso después de un día con diversas actividades en común, como ir al mercado, enfrentar el tráfico, cuidar a los niños, organizar la rutina para que todo esté al día y estudiar. Después de largas horas, necesitas descansar la mente para que se refresque al día siguiente.

¿Cómo darte cuenta que tienes cansancio mental?

La fatiga mental es cuando sientes que tu cerebro está sobrecargado de información. Te sientes demasiado perezoso para pensar porque has tenido que lidiar con una avalancha de pensamientos durante el día y solo quieres estar sin hacer nada.

Por mucho que te guste lo que haces, el cansancio mental te hace sentir agotado y con ganas de tomar un descanso de tus actividades. De hecho, es un tiempo necesario, al igual que necesitas descansar cuando regresas del gimnasio.

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Tanto es así que, aunque sea cansancio mental, tu cuerpo sentirá esa fatiga y enviará señales de que necesita descansar. Estas señales dependerán del nivel de tu agotamiento mental. Entre estos destacan:

  • Sensación de estar “harto de todo”;
  • Pensamientos revueltos (pensar una cosa y decir otra, olvidar el nombre de las cosas básicas);
  • Tener mucho sueño o fatiga y tener ganas de descansar el cuerpo;
  • Sensación de desánimo y tristeza;
  • Preocupaciones innecesarias, como si no fueras a darte cuenta de lo que tienes que hacer;
  • Por mucho que tengas sueño, es posible que tengas dificultades para conciliar el sueño;
  • El estrés generado puede llevarte a un desequilibrio del apetito y problemas de estómago;
  • Disminución de la libido;
  • Inestabilidad emocional.

Estos síntomas solo pueden surgir al final de un día mentalmente cansador. Mas, cuando la persona viene de una rutina larga y exhaustiva, sin pausa, los síntomas empiezan  a no desaparecer, incluso después de una noche de sueño. Al despertar, ya comienza el nerviosismo por saber que todo volverá a suceder.

¿Qué hacer para reducir la fatiga mental?

Si el cansancio mental y sus síntomas empiezan a ser frecuentes, pueden evolucionar hacia una crisis de estrés que desencadena problemas más serios, como fiebre, problemas intestinales, ataques alérgicos, dolores de cabeza constantes e incluso el inicio de una depresión o ataques de pánico.

Lo que debes hacer para evitar que la salud se vea afectada de esta forma es analizar qué está provocando este cansancio diario y hacer algunos cambios en tu rutina.

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A veces, uno piensa que puede manejarlo todo o que no tiene otra alternativa para ser diferente. Pero cuando tu cuerpo te obliga a detenerte porque se enferma, acabarás encontrando una salida.

Luego, busca esa salida antes de llegar a la cima de los síntomas y verse obligado a hacer una pausa en el peor momento, en un estado más debilitado. Conoce qué es lo que puedes hacer, a partir de ahora.

Mantén un horario de pausas y para acabar las cosas todos los días

Es humanamente imposible intentar abrazar el mundo y estar activo las 24 horas del día. Debes tomarte descansos, incluso si son de 15 minutos, a veces durante todo el día. Si lo prefieres, trabaja y haz todo hasta cierta hora. Después, tómate una hora o más para descansar, sin contar la hora de irte a dormir.

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El ocio es escoger no hacer nada, lo cual es muy diferente a tener cosas que hacer y ser vago o procrastinarlas. No eres perezoso y no estás perdiendo el tiempo cuando eliges pasar horas descansando tu mente. Al contrario, es una inversión en tu salud.

Distribuye las actividades

¿Estás haciendo demasiado porque realmente lo necesitas o simplemente crees que los demás son incapaces de dividir las tareas contigo? En tu casa, ¿se distribuyen las tareas del hogar entre todos los miembros de la familia?

En tu trabajo, ¿recibe más tareas de las que te pagan y te llevas el trabajo a casa? Tienes límites y eso no es un problema ni una vergüenza. Aprende a respetarlos y aprende a decir que no.

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Ten un pasatiempo

Ya sea una o dos veces por semana, empieza a practicar un pasatiempo. ¿Qué te gustaría hacer por placer? Es muy importante que alimentes tu cerebro con actividades que te brinden placer, sin ningún compromiso. Es un momento de descanso, incluso si implica actividad física o desafíos mentales, porque es algo que haces porque quieres.

Reconsidera tu vida actual

Estar mentalmente cansado no significa que no te guste lo que haces o la vida que llevas. Pero este puede ser el problema. ¿Estás contento con tu vida personal y profesional? ¿O al menos sabes que te enfrentas a desafíos en nombre de un objetivo más amplio? ¿Tiene un propósito lo que estás haciendo?

Si la respuesta es no, vale la pena reflexionar sobre lo que puedes cambiar en tu vida, tu trabajo, tu relación. Un gran cambio requiere valentía y planificación, pero son estos desafíos los que dan sentido a la vida. ¡Enfréntalos!

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