La muerte de alguien es siempre un evento triste por el que todo el mundo pasa alguna vez. Sin embargo, hay casos en los que el final de la vida parece conmover aún más si cabe, incluso a las personas que no conocían al fallecido.
En este caso, en Cajazeiras, Paraíba, la conmoción es para los que se quedaron y no para el que se fue.
La familia llevó al caballo al velatorio del vaquero Wagner Figueiredo de Lima, quien murió en un accidente de tráfico. Este tenía 34 años y había estado con el animal durante ocho años.
De camino al cementerio, el animal relinchó y parecía descontento con lo que había pasado. Al acercarse al cuerpo, el caballo Sereno apoyó la cabeza sobre el ataúd, como para despedirse de su dueño.
Wagner, además de ser un vaquero, trabajó en el Ayuntamiento de Cajazeiras, en el campo de Paraíba.
Este era todo un amante de los animales. De hecho, en una publicación en su perfil de Facebook escribió “Mi caballo, mi amigo”, en una foto en la que salía con el animal.
La amistad se hizo más evidente cuando el caballo mostró que sentía la pérdida de su amo. Y realmente lo hizo. Ahora, el animal quedará a cargo de la familia según comentó el hermano del fallecido.
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