Aunque en ocasiones cueste creerlo, en el mundo sigue habiendo gente con un buen corazón que está dispuesta a ayudar al prójimo. La pena es que también existen otras personas con muchos prejuicios. Eso se demuestra en la historia de los buenos samaritanos querían ayudar a un mendigo pero la policía no les dejó.
Buenos samaritanos querían ayudar a un mendigo pero se lo impidieron
Australia ha acaparado los focos del mundo entero y no por ser uno de los primeros países en recibir el año nuevo. En Darwin, Tanikka Murrell junto a sus amigos Matt y Skye estaban de camino hacia un puesto local de kebabs. De repente, se encontraron con un indigente que les pidió dinero para poder comprar comida.
Estos no se lo pensaron dos veces y decidieron comprarle un perrito caliente para que tuviera algo en el estómago ya que no tenían dinero en efectivo. El chasco de los buenos samaritanos querían ayudar a un mendigo fue cuando la policía y el personal de seguridad del establecimiento se lo prohibieron. Asimismo, les invitaron a abandonar el comercio.
Tanikka explicó en su publicación de Facebook que cuando entraron “en la tienda de kebab había dos personas frente a nosotros. Una vez que llegamos al mostrador, la dependienta comenzó a preguntarle a la gente que estaba detrás qué era lo que querían. Lo dejé pasar un poco. Luego vi [sic] a un hombre mirando al aborigen. Confundido miré de un lado a otro y dije: “¿Qué estás mirando?”
Echaron a los buenos samaritanos del local
Aún aguardando en la fila, Tanikka le preguntó a la empleada del kebab: “¿Vas a servir a este hombre?” En palabras de la buena samaritana, su pregunta fue ignorada por completo.
Instantes después, un guardia de seguridad entró en el comercio, el cual estaba vacío. Éste dijo que estaba realizando su trabajo, el cual era asegurar que todos estuviesen a salvo.
Tras unos momentos de tensión, el personal de la tienda sirvió al indígena. Asimismo, se personaron en el local seis funcionarios de seguridad junto con dos agentes de policía. Estos les pidieron a Tanikka y sus amigos que se fueran.
“¡Nos quedamos impactados, molestos y estábamos absolutamente incrédulos de que esto estuviera sucediendo!” Todo porque el hombre indígena quería pedir un perro caliente “, dijo Murrell.
En la red social de Facebook, la publicación cuenta con más de 40.000 ‘me gusta’ y 22.000 reposts. Cabe destacar que una de las internautas escribió: “Espero que este sea el catalizador para el cambio. Este hombre merece respeto y ser tratado con dignidad.” Otro de los comentarios hechos en la publicación fue: “Esto me hizo llorar. Absolutamente destrozó mi corazón.”
Si la historia de los buenos samaritanos te ha impresionado, no dejes de conocer la de una camarera que da comida a un mendigo y resultó ser su jefe.
Para acabar, no dejes de ver en el siguiente vídeo la reacción de un mendigo cuando alguien le pide un pedazo de pizza.