Cuántas abuelas y abuelos se sienten olvidados por sus hijos y nietos. Pero con doña Joy fue diferente. Al decir decir que nunca vio el mar, recibió un regalo mucho más grande de lo que podía imaginar. Su nieto la llevó a visitar diferentes partes del país, por supuesto, incluyendo hermosas playas. Mira más detalles y fotos de este viaje que marcó la vida de esta mujer.
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En 2015, Brad Ryan acababa de graduarse en medicina veterinaria y necesitaba algo de tiempo para descansar. Como en el apuro del curso y las prácticas, no podía visitar mucho a su abuela, entonces decidió que era un buen lugar para pasar unos días. De esa manera, podría dejar de extrañar tanto a su querida Joy, una abuela búho que con 85 años.
Entre muchas comidas deliciosas y charlas interminables, Joy le dijo a su nieto que el gran sueño que no logró fue contemplar el contemplar el océano y las montañas, tan presentes en su país. Fue entonces cuando la invitó a hacer un viaje increíble juntos, donde descubrieron el océano, las montañas, las cuevas y más, en Canadá, Estados Unidos y México.
La abuela que nunca vio el mar conoce el país
Disconforme de que su abuela, tan inteligente y presente en su vida, tuviera un sueño tan simple, Brad empaquetó sus mochilas y fue a ver la puesta de sol en la orilla del mar con su alegría. Después de ese día, ya nadie podría sostener estos dos. ¡Mira su cara de satisfacción!
Después de eso, se recorrieron 37.000 km, entre los más diversos paisaje. Entre ellos, muchos senderos y subidas en 29 parques nacionales. A pesar de su edad, con apoyo, un ritmo adecuado y atención, Joy superó cada etapa. ¿Aceptarías tomar este paseo? Mira esta vista; vale la pena.
Lo más interesante de todo es que, a pesar de que ella sabía cosas que antes eran impensables, su nieto dijo que el viaje le cambió la vida. Con ella aprendió a reducir la velocidad y prestar más atención al momento presente. Es difícil decir quién ganó más con esta iniciativa tan increíble.
Brad dice que la alegría de Joy es contagiosa y que se levanta todos los días con el mejor humor. También le enseñó a estar más agradecido, en definitiva, a vivir. Dice que se siente mucho más rico hoy porque puede ver las cosas de manera diferente. Ella le enseñó a tener paz consigo mismo y sentirse libre de ser lo que quiera y contemplar la vida.
Una compañera muy hermosa que inspira y emociona. Desde entonces, siempre que los dos tienen un poco de tiempo, viajan juntos. Ellos han adoptado el estilo de mochilero, con características mínimas, pero con la comodidad de un coche para viajar. Cuidado y aventura, vida y sabiduría, siempre unidos.
