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Oración por la mujer embarazada

Cada vida es un milagro y merece nuestras oraciones para su protección

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Cada embarazo es, en realidad, un milagro. Desde el punto de vista científico, el ser humano es el ser de la Tierra con más dificultades para la concepción. La vida humana es absolutamente frágil y precaria.

Desde el punto de vista espiritual, la vida se nos presenta como un don. Dios nos ha hecho seres de necesidades: nos ha convocado para la relación interpersonal, para el amor mutuo. La mayor necesidad es el amor, es decir, la relación humana.

Por eso, cuando la vida humana se abre camino, es un auténtico milagro desde todo punto de vista, y por ello, requiere absoluta protección y cuidado. Nuestro amor brindado a través de la fe y la oración, es capaz de incidir positivamente en quienes amamos.

Esto lo sabe muy bien la Iglesia, que desde tiempos antiguos tenía una oración dedicada a la protección de las mujeres embarazadas, y que forma parte del libro antiguo llamado Los Rituales Romanos, escrito originalmente en latín, que recoge toda clase de rituales excepto la misa.

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Y hoy, compartimos con ustedes esta hermosa oración que ha sido extraída originalmente del libro Los Rituales Romanos de la Iglesia Católica:

“Señor Dios, Creador de todas las cosas, todopoderoso y maravilloso, justo y misericordioso, solo tú eres bueno y amable. Salvaste a Israel de todo tipo de plagas, haciendo de nuestros antepasados ​​tu pueblo elegido, y santificándolos con el Espíritu. Tú, Señor, que por la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen María para que sea una morada digna de su Hijo. Infundiste a Juan el Bautista con el Espíritu Santo, lo que le hizo saltar de alegría en el vientre de su madre, acepta la ofrenda de un espíritu humilde y concédele el deseo sincero de tu sierva, N. (se dice el nombre de la madre), que suplica por la seguridad del niño que le permitiste concebir. Guarda su vida que es tuya; defiéndele de las argucias y daños pretendidos por el enemigo implacable. Deja que su mano gentil, como la de un médico, la ayude en su parto, haciendo que su descendencia llegue sana y salva a la luz del día. Que su hijo viva para renacer en el santo bautismo, y que siempre permanezca a tu servicio, y sea encontrado digno de alcanzar la vida eterna; por Cristo nuestro Señor. Amén.”

Texto en latín: 

“Dómine Deus, ómnium Creátor, fortis et terríbilis, justus et miséricors, qui solus bonus et pius es; qui de omni malo liberásti Israël, fáciens tibi patres nostros diléctos, et sanctificásti eos manu Spíritus tui; qui gloriósæ Vírginis María corpus et ánimam, ut dignum Fílii tui habitáculum éffici mererétur, Spíritu Sancto cooperánte præparásti; qui Joánnem Baptístam Spíritu Sancto replésti, et in útero matris exsultáre fecísti; áccipe sacrifícium cordis contríti, ac fervens desidérium fámulæ tuæ N. humíliter supplicántis pro conservatióne prolis, quam ei dedísti concípere: custódi partem tuam, et ab omni dolo et injúria duri hostis defénde; ut obstetricánte manu misericórdiæ tuæ fetus ejus ad lucem próspere véniat, ac sanctæ generatióni servétur, tibíque in ómnibus júgiter desérviat, et vitam cónsequi mereátur ætérnam. Per eúmdem Dóminum … in unitáte ejúsdem Spíritus.
Amen.”

Comparta esta oración con las mujeres que conozca que estén esperando dar a luz un hijo. Y si es usted misma quien está en la dulce espera, hágala con fe y devoción, e invite a su familia a rezarla con usted.

Para ayudarle, compartimos también este vídeo, con otra oración de bendición para la mujer embarazada:

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